Los leones marinos usan las aletas para nadar y caminar, los pájaros chukar se apoyan en las alas para subir pendientes pronunciadas. Ingenieros de EE UU se han basado en la observación de la locomoción de distintas especies para construir un autómata que se desplaza por múltiples entornos. Entre sus usos, se encuentran las exploraciones espaciales, labores de rescate y envíos de paquetes.
El modelo robótico del Orobates, un animal extinto intermedio entre anfibios y reptiles que vivió hace más de 300 millones de años, y la simulación de su movimiento indican que los vertebrados primitivos aprendieron a caminar eficientemente sobre la tierra antes de lo que se pensaba.
Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, han analizado la influencia de las proporciones corporales en el coste de la locomoción. Los resultados indican que la marcha de los homininos extintos no era menos eficiente energéticamente que la de los humanos actuales.
Hace más de 360 millones de años, los vertebrados poblaban los océanos, ríos y lagos del planeta, incapaces de establecerse en tierra. Para conseguir salir del agua, la cola de estos animales resultó fundamental para moverse por la superficie, especialmente en las pendientes, ya que les permitió impulsarse hacia arriba y no resbalar. Este es el principal resultado de un estudio estadounidense que arroja luz sobre el origen de la vida terrestre.
Los investigadores implementan el sidewinding en robots para que repten sobre la arena sin hundirse. / Nico Zevallos y Chaochui Gong
Mediante la observación de las cobras que viven en el desierto, un grupo de investigadores ha conseguido entender cómo son capaces de ascender por terrenos arenosos tan inestables e inclinados sin hundirse. Esta técnica, conocida como sidewinding, se ha incorporado a robots que ya son capaces de emular el movimiento de los reptiles.
Hasta ahora se pensaba que la extraña forma de caminar ‘agachados’ de algunos dinosauriosy las aves actualesera su manera de mantener el equilibrio después de haber perdido la cola progresivamente. Un estudio con modelos en 3D publicado hoy en Nature contradice esta hipótesis, y afirma que la forma de moverse cambió debido al alargamiento de las patas.
Los cambios adaptativos que sufrieron los tetrápodos en sus medios de locomoción para adaptarse a la vida en tierra firme se han recogido ahora en un libro que aporta una visión complementaria y actualizada. El Museo Nacional de Historia Natural de París se ha encargado de publicalo bajo el título How vertebrats moved onto land.