En los últimos 60 años, los científicos han constatado una reducción de las precipitaciones en invierno, y ahora prevén que disminuyan en primavera y verano. Un equipo del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) ha analizado los datos de las lluvias de 1950 a 2006, y las proyecciones climáticas para las próximas décadas, para demostrar que en los próximos años lloverá menos en la Península Ibérica. Pero las precipitaciones seguirán siendo más frecuentes en invierno que en primavera-verano.