¿Perder la memoria es un proceso inevitable? Según un estudio que se presentará en el 61 Encuentro de la Academia Americana de Neurología, no tiene porqué. Realizar determinadas actividades mentales y manuales puede servir para retrasar o prevenir este proceso. La investigación, liderada por Yonas Geda, neuropsiquiatra de la Clínica Mayo de Rochester, se realizó en dos grupos de personas de edades comprendidas entre los 70 y los 89 años; uno compuesto por 197 participantes con pérdidas de memoria o una ligera deficiencia cognitiva, y otro de 1.124 personas sin problemas de memoria. Ambos grupos respondieron a preguntas sobre sus actividades diarias durante el último año y durante la época en que tenían entre 50 y 65 años.
Geda y su equipo descubrieron que realizar actividades como la lectura, el juego o las manualidades reducían la probabilidad de tener pérdidas de memoria en un 30-50%. Asimismo, las personas que veían la televisión menos de siete horas al día en los últimos años tenían un 50% menos de posibilidades de tener pérdidas de memoria que quienes la veían más de siete horas al día. Para Geda, los resultados son esperanzadores: “Este estudio es emocionante porque demuestra que envejecer no es necesariamente un proceso pasivo”.