Un estudio de ranas venenosas o dendrobátidos ha permitido demostrar que la cordillera de los Andes ha sido una fuente crucial de biodiversidad para la cuenca del Amazonas. Los investigadores utilizaron secuencias de ADN para crear una historia evolutiva de estos anfibios que habitan en América Central y del Sur, y descubrieron que los dendrobátidos del Amazonas deben su gran diversidad a sus antecesores, que pasaron a esa región desde los Andes en varias ocasiones durante los últimos diez millones de años. Según Juan Santos, de la Universidad de Texas y autor principal del estudio, “hemos demostrado que no se puede entender la biodiversidad amazónica estudiando únicamente la cuenca, ya que las regiones adyacentes han tenido un papel muy importante”. Sus resultados se publican en PLOS Biology.