Una investigación de EE UU asegura que el personal sanitario encargado de tratar a nueve presos de la base de Guantánamo (Cuba) descuidó y ocultó pruebas relativas a los malos tratos sufridos por los prisioneros. Según el estudio, el primero de este tipo, algunos síntomas psicológicos de los presos, fruto de las torturas, eran atribuidos a “trastornos de personalidad”.