A diferencia de lo que se creía hasta ahora, los primeros campesinos europeos no descendían de las poblaciones de cazadores y recolectores que se asentaron en el continente después del último gran deshielo. Así lo afirma una investigación liderada por Barbara Bramanti, de la Universidad de Mainz (Alemania), que ha estudiado muestras de ADN mitocondrial de esqueletos de estos primeros campesinos. Su equipo analizó el ADN proveniente de enterramientos de cazadores-recolectores y campesinos, y los compararon entre sí y con el ADN de europeos actuales. Las conclusiones, que se publican hoy en Science, señalan que apenas hay evidencias de un vínculo genético directo entre cazadores y granjeros, y que el 82% del ADN mitocondrial encontrado en los primeros es bastante escaso entre los habitantes actuales de Europa central. Los científicos señalan que los primeros campesinos emigraron al centro y este de Europa hace unos 7.500 años, trayendo consigo la domesticación de plantas y animales.