El aprendizaje activo a través de ejercicios tiene efectos positivos sobre el rendimiento de los estudiantes capaces, pero mal preparados o con un entorno socioeconómico desfavorable, según un estudio de la Universidad de Washington (EE UU). El trabajo confirma que poner en marcha habilidades cognitivas, como resolver problemas y analizar datos, es una estrategia efectiva para atender a la diversidad en clase.