Reducir el consumo de energía para el transporte, abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y conseguir que el balance de emisiones de CO2 de los vehículos sea igual a cero. Éstos son los objetivos que guían el trabajo de los investigadores que dirige Gregorio Marbán Calzón en el INCAR-CSIC con sede en Oviedo (Asturias). Buscan un catalizador (elemento que incorpora sustancias que facilitan la reacción química) que, a partir de agua y biometanol, les permita generar hidrógeno, un gas no contaminante que a su vez se convierte en la electricidad que puede impulsar los coches hacia el futuro.