Con la ayuda de una nueva tinta incolora y estructuras cristalinas, químicos de EE UU y Dinamarca han descubierto un método sencillo para fabricar los más brillantes sólidos fluorescentes. El avance se puede aplicar en la obtención de energía solar, tecnologías láser y bioimagen.
Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili han creado una superficie con nanopilares de silicio negro recubiertos de oro que detecta los compuestos con los que ha estado en contacto el dedo de una persona o son excretados por su piel. La técnica se puede aplicar en el control de drogas, análisis forenses, investigación clínica y en las industrias farmacéutica y cosmética.
Son biodegradables, lavables, con una capacidad de filtración 10 veces mayor que los materiales normales, certificadas FFP2 y se pueden usar durante días. Las nuevas mascarillas han sido patentadas por un equipo del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria y por la empresa Bioinicia.
Un equipo del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona ha logrado dibujar patrones locales en alta resolución y a gran velocidad en materiales semiconductores orgánicos utilizados en aplicaciones optoelectrónicas y fotónicas. El método permite modificar las características del material y las propiedades finales, incluida la conformación, orientación, cristalinidad y composición molecular.
Los metales topológicos presentan propiedades ‘exóticas’, cuya magnitud es proporcional a un parámetro llamado número de Chern. Ahora, por primera vez, se ha logrado alcanzar el máximo valor de ese número de forma experimental utilizando cristales quirales de paladio y galio.
Cuando dos láminas de trióxido de molibdeno se giran con un ángulo crítico se consigue que unas ondas mitad luz y mitad materia, llamadas polaritones, viajen en una determinada dirección. De esta forma se puede controlar la propagación de nanoluz, un avance con aplicaciones en sensores biológicos, nanoimagen y tecnologías cuánticas.
Investigadores del centro vasco CIC biomaGUNE han logrado depositar átomos de oro sobre nanocilindros también de oro, dando como resultado una estructura casi helicoidal con propiedades quirales. Esto le confiere capacidad para interactuar con un tipo de luz polarizada, una técnica que podría tener aplicaciones en óptica, catálisis, detección biológica e imagen biomédica.
Partiendo de una patente para fabricar ‘tintas de grafeno’, un consorcio de científicos y empresas españolas liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid está desarrollando un tejido ‘no tejido’ que mejorará la efectividad y comodidad de las máscaras y otros textiles profilácticos diseñados contra el virus SARS-CoV-2.
Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (CSIC) han desarrollado nanopartículas orgánicas con moléculas fluorescentes que brillan 100 veces más que otras similares, como los puntos cuánticos. El avance puede ayudar a obtener bioimágenes de mayor calidad y se podría aplicar en dispositivos de diagnóstico médico.
Científicos españoles y británicos han logrado inyectar diminutos sensores, más finos que un coronavirus y con una forma que recuerda a los paneles solares de la estación espacial internacional, dentro de óvulos vivos. La manera en que se doblan estos chips permite medir las fuerzas que se generan desde que entra el espermatozoide hasta que el embrión se divide en dos células.