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Desde hace unos años se ha tomado creciente conciencia de que las emisiones contaminantes ocasionadas por actividades humanas, al difundirse por el territorio, no afectan de manera similar a las diferentes categorías sociales. A menudo se ha observado que la exposición a las mismas o sus efectos negativos (las denominadas externalidades espaciales) discriminan y penalizan especialmente a los grupos más desfavorecidos, lo que genera una “injusticia” de origen ambiental. La sólida reivindicación social ha ocasionado que en algunos países se hayan promulgando normas que obligan a medir el grado de equidad / inequidad ambiental que ciertos planes o actuaciones implican, lo cual está demandando estudios y métodos para dilucidar con rigor tal cuestión.
La organización del Congreso de la Asociación Española de Investigación Social Aplicada al Deporte (AEISAD) ha ampliado el plazo de envío de contribuciones hasta el 13 de junio. Así mismo, las personas interesadas en asistir al evento podrán inscribirse hasta el 8 de septiembre.
El aprovechamiento energético de la biomasa en la Comunitat Valenciana podría suponer un ahorro de emisiones de hasta 750.000 toneladas de dióxido de carbono al año. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por expertos del Instituto de Ingeniería Energética (IIE) de la Universidad Politécnica de Valencia, en el marco del Proyecto BIOVAL, financiado por el IMPIVA y con fondos FEDER. Dentro de este trabajo, los investigadores del IIE han desarrollado además una nueva metodología para optimizar el uso energético de la biomasa residual y agrícola de la Comunitat Valenciana.
Quedan menos de 250 ejemplares de esta ave en peligro de extinción, cuya hábitat se encuentra principalmente en Marruecos y en Siria. Ahora esta especie se acaba de reproducir por primera vez en libertad en el campo de Adiestramiento de Barbate (Cádiz).
Los investigadores han probado la nueva metodología EVIAVE en vertederos de España, Chile, Colombia y Venezuela. A partir de este método se ha diseñado un software que disminuye la subjetividad en la medición de impacto de los vertederos sobre el medio ambiente. Permite, así mismo, controlar impactos negativos como malos olores y contaminación de aguas superficiales o subterráneas.