La multinacional IBM abrió hace dos años en su filial de investigación de Zúrich (Suiza) uno de los centros de nanotecnología más avanzados del mundo. Se trata del Binnig and Rohrer Nanotechnology Center, en el que la firma ha invertido unos 70 millones de euros y donde se investigan nuevas estructuras y dispositivos a escala nanométrica para la informática del futuro. El centro cuenta con vanguardistas salas acorazadas contra cualquier alteración exterior para poder llevar a cabo sus delicados experimentos.
El año pasado científicos del Binnig and Rohrer Nanotechnology Center, una de las instalaciones más punteras de nanotecnología del mundo, situado en el campus de IBM Research - Zúrich (Suiza), lograron diferenciar por primera vez los enlaces químicos existentes en moléculas individuales usando un microscopio de fuerza atómica. En el experimento participaron investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela y sus resultados se publicaron en la revista Science.
La técnica tendrá aplicaciones para desarrollar dispositivos de grafeno y es un ejemplo de las investigaciones que se llevan a cabo en este centro, inaugurado en mayo de 2011, que, según señala a SINC Matthias Kaiserswerth, director y vicepresidente de IBM Research–Zúrich, se puede considerar “un experimento científico en sí mismo”.
El centro debe su nombre a Gerd Binnig y Heinrich Rohrer, los dos científicos de IBM en Zúrich, que fueron premiados con el Nobel en 1986 por haber inventado el microscopio de efecto túnel, un dispositivo ampliamente reconocido por haber sentado las bases de la investigación en nanotecnología.
Binnig and Rohrer Nanotechnology Center trabaja en estrecha colaboración con universidades como la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH), centros de investigación europeos y empresas y, según Kaiserswerth, “posee una infraestructura de vanguardia para impulsar los avances en nanociencia”.
Laboratorios sin perturbaciones
La instalación cuenta con una sala limpia de 950 metros cuadrados y seis laboratorios con la última tecnología de aislamiento frente a cualquier alteración externa, denominados noise-free labs. Estos laboratorios protegen a los experimentos de cualquier perturbación como las vibraciones mecánicas, los campos electromagnéticos, las fluctuaciones de temperatura y los ruidos acústicos.
“La nanotecnología maneja dispositivos muy delicados que pueden alterarse fácilmente debido a elementos externos, incluyendo las torres de telefonía móvil, el tráfico y los trenes –explica Kaiserswerth–. Cuando comenzamos a concebir estos laboratorios, las instituciones y las empresas con las que nos reunimos dijeron que, debido a las especificaciones y a nuestra proximidad con Zúrich, la misión iba a resultar imposible”.
Pero, según el directivo, ahora que estos laboratorios ‘libres de ruido’ están a pleno rendimiento, “han demostrado estar entre los mejores del mundo”. De hecho, añade, “los proveedores de equipos de nanotecnología y los centros de investigación no paran de llamarnos para probar sus dispositivos en ellos”, subraya.
Avances en fotónica
El responsable de IBM Research–Zúrich explica que uno de los más recientes proyectos que ha aprovechado las instalaciones del Binnig and Rohrer Nanotechnology Center ha sido uno llevado a cabo en colaboración con la empresa Dow Corning.
“Hace unas semanas anunciamos junto a Dow Corning un avance muy importante en el ámbito de la fotónica. En la sala limpia de nuestro centro se probó un nuevo tipo de polímero para transmitir luz en vez de señales eléctricas en el interior de superordenadores y centros de datos. Este nuevo material hecho de silicona ofrece mejores propiedades físicas, incluyendo robustez y flexibilidad que las líneas de cobre y lo hacen ideal para aplicaciones en big data y el desarrollo de ordenadores exaescala, que serán capaces de realizar un trillón de cálculos por segundo”, subraya Matthias Kaiserswerth.
Dispositivos eficientes
En opinión de este directivo, la nanotecnología va a provocar avances en múltiples áreas. Uno de los focos de las investigaciones se dirige a la creación de un nuevo tipo de transistor diseñado para evitar las fugas de energía. “Se trata de desarrollar los bloques de construcción del futuro para lograr chips y sistemas informáticos más rápidos y eficientes energéticamente”, añade.
En este sentido, el centro está trabajando en un proyecto de la Unión Europea llamado Steeper que aborda el constante crecimiento del consumo de energía en dispositivos electrónicos, desde teléfonos móviles, ordenadores portátiles y televisores hasta supeordenadores.
El objetivo de la iniciativa es aumentar por 10 la eficiencia energética de estos dispositivos cuando estén en activo y prácticamente eliminar el consumo cuando estén en modo pasivo o en espera, según indican fuentes de la UE.
El proyecto, en colaboración con universidades de Francia, Italia y Alemania, según Kaiserswerth es un perfecto ejemplo de que la mejor forma de innovar es mediante la colaboración abierta.
Electrónica orgánica
Otras aéreas que están siendo exploradas por los investigadores del Binnig and Rohrer Nanotechnology Center incluyen sistemas nanoelectromecánicos, espintrónica, dispositivos electrónicos orgánicos basados en carbono, integración tridimensional de chips de ordenador, comunicación óptica y nanofotónica.
Según Kaiserswerth, los científicos del centro también están investigando nuevos métodos para producir estructuras y dispositivos con dimensiones de unos pocos nanómetros, como nanolitografía con sonda de barrido y autoensamblaje. El objetivo es hacer frente a los futuros retos para la fabricación a escala nanométrica.
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La filial de investigación europea de IBM Research en Zúrich ha cumplido ya 57 años y fue el primer laboratorio de investigación del gigante informático fuera de EEUU.
Instalaciones de IBM Research en Zurich.
El centro Binnig and Rohrer está incluido en el departamento de ciencia y tecnología. Pero en la filial de investigación de Zúrich hay un total de cinco departamentos. Uno de ellos, es el de ciencia computacional, en el que se desarrollan dispositivos de seguridad para sistemas móviles y para informática en la nube.
Precisamente, en computación en la nube, trabaja el investigador español Luis Garcés-Erice, que lleva ocho años con IBM en Zúrich. Según explica a SINC, en su equipo están desarrollando un sistema de cloud privado, que permita hacer accesible los datos y aplicaciones que estén alojadas en la nube en los ordenadores personales de los usuarios.
De esta forma, señala, “podrán acceder a las ventajas de la computación en la nube, pero desde su ordenador personal y tendrán acceso a la información, incluso si están viajando o trabajando desde su casa y cuando terminen podrán guardarlo todo de nuevo en la nube, con total seguridad”.
El producto está pensado para grandes empresas y para el sector bancario, de hecho, el dispositivo de seguridad que se está utilizando procede de un desarrollo de IBM para banca por internet.
De este servicio existen ya varias versiones piloto que están siendo probadas por empresas, que permitirán a IBM introducir mejoras.
Otro campo en el que se investiga en la filial es en big data, ámbito en el que trabajael matemático español Cesar Berrospi. Este investigador lleva ya una década en este centro y ahora está trabajando en un proyecto que utiliza el análisis de datos masivo procedente de múltiples fuentes, incluidas las redes sociales, para mejorar el canal de ventas de la propia IBM. “Usamos a nuestra compañía como conejillo de indias y cuando el producto esté maduro, la corporación podrá integrarlo en los servicios que ofrezca, señala.
IBM Research-Zúrich mantiene colaboraciones con instituciones españolas como el Barcelona Supercomputing Center, Universidad Autónoma de Madrid y Universidad de Valencia.