De la oscuridad de la mina al verde del bosque con ayuda de la ciencia

Las consecuencias ecológicas y naturales de la actividad minera en los entornos de una explotación a cielo abierto pueden ser cruciales y perjudiciales para el ambiente de la zona. La mejor manera de que ese espacio devastado sea de nuevo fructífero y verde como su entorno, es conocer qué tipo de entorno o ecosistema es, si se trata de uno vegetativo (creado a partir de rebrotes de diferente procedencia), o bien un entorno germinativo (originado a partir de semillas), de modo que después se pueda aplicar el tipo de recuperación más correcto para revegetar un espacio degradado por la mano del hombre.

Beatriz Gómez realizando mediciones.
Beatriz Gómez realizando mediciones. Foto: DICYT.

Con este objetivo Beatriz Gómez Fraile, una estudiante de 26 años de Ingeniería Agrónoma en la especialidad de Hortifruticultura y Jardinería en Palencia, ha elaborado una investigación y está a la espera de presentarla como parte de su proyecto de fin de carrera, con el que ha conseguido el premio ¿Investigamos?'08 que otorga el Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario de Palencia.

La investigadora señala que se trata de estudios poco frecuentes “porque requieren mucho trabajo de campo”, pero no obstante asegura que “son investigaciones vitales para comprender los mecanismos de expansión implicados y, en definitiva, poder establecer recomendaciones a la hora de introducir semillas en la revegetación de espacios degradados por actividades humanas”.

Debido a la actividad minera del carbón que durante décadas se ha ejercido en el norte de Palencia, ésta cuenta con minas antiguas en las que es posible abordar estudios de colonización natural leñosa desde el borde del bosque (en cuyo seno se ubican) para valorar la influencia de la propagación de las especies en la expansión de dicha masa forestal.

Un antiguo hueco minero rellenado y sellado hace 15 años, situado en las inmediaciones de Guardo, dentro de la comarca de El Sestil, es el punto de partida del estudio de Gómez Fraile, que pretende “conocer qué vía, la germinativa o la vegetativa, es la mejor para conseguir que una zona oscura y devastada recupere su aspecto natural”. En su investigación analiza especialmente ocho transectos que cuentan con presencia de tres especies leñosas: Quercus petraea o roble, Cytisus multiflorus y Genista florida.

A partir de las muestras tomadas en esta zona se analizarán en los próximos meses datos como la procedencia (semilla y/o tipo de rebrote), la altura, el diámetro del tronco, y la biomasa aérea y subterránea de los individuos excavados, con lo que determinará su edad mediante el recuento de anillos de crecimiento.

Revegetación similar a la original

La restauración minera es la recuperación de la zona explotada, dando el mismo uso que tenía antes de iniciarse la intervención humana, sin pretender retornar al estado anterior. Para ello es necesario realizar estudios y emplear especies autóctonas adaptadas a las condiciones del clima en el que se actúa, ya que eso facilitará el éxito de los tratamientos y reducirá los costes de mantenimiento.

La reconstrucción vegetal debe basarse en objetivos ecológicos, paisajísticos y de control de la erosión de las superficies desnudas generadas por las obras. Los principales factores que deben considerarse en la selección de las especies vegetales son, en primer lugar, los condicionantes macroclimáticos, que influyen también en la definición de las labores necesarias de preparación previa a siembras y plantaciones, y en las posteriores necesidades de mantenimiento.

Además, es necesario conocer las particularidades microclimáticas, como la exposición a sol o a sombra y los usos del suelo circundante, de manera que sea efectiva la coherencia ecológica y paisajística. Otro aspecto importante es la forma y la estructura geofísica prevista de las superficies a revegetar (pendiente, granulometría, pedregosidad-rocosidad, litología, etc.) que condicionarán aspectos como el tipo de revegetación o la cantidad de material a utilizar, entre otros. También es necesario tener en cuenta la concordancia con la vegetación circundante para no producir rupturas del paisaje (por ejemplo la no utilización de especies exóticas). Por último, hay que estudiar la adaptabilidad a las condiciones edafológicas del lugar, de manera que precisen pocos cuidados (rusticidad).

Fuente: DICYT
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