Una nueva explicación neurobiológica revela cómo funciona la intuición

Se conoce como intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y que, por tanto, no puede explicarse. Dada la dificultad para medirla, es frecuentemente menospreciada. Ahora, un nuevo trabajo de la Universidad Linköping (Suecia) demuestra que existe una explicación neurobiológica sobre cómo se crea el conocimiento basado en la experiencia.

La intuición está basada en la experiencia y es algo que poseen expertos de muchos campos. “En estudios realizados desde 1980 en enfermeras, se ha visto que las que llevaban en la profesión mucho tiempo veían más y hacían juicios más acertados y con mayor rapidez. Se conocía como capacidad intuitiva”, señala Lars-Erik Björklund, autor de la investigación.

En estudios similares realizados en los años 90 con médicos y empresarios se obtuvieron resultados similares. El hecho de que las personas con más experiencia son frecuentemente las mejores en lo que hacen no es nada nuevo. Sin embargo, hasta ahora no se había ofrecido ninguna explicación convincente sobre por qué es así.

En investigaciones anteriores, algunos neurocientíficos descubrieron que el cerebro humano tiene sistemas dobles para recibir y analizar las impresiones sensoriales, uno consciente y otro inconsciente. En el inconsciente, que es el sistema no declarativo, nuestras impresiones sensoriales se comparan con imágenes previamente almacenadas.

Todos tenemos un libro de imágenes interno de todas las experiencias almacenadas que se basan en lo que nos ha ocurrido previamente en la vida. Con la ayuda de estas impresiones sensoriales almacenadas, reconocemos inconscientemente la situación actual y podemos predecir el resultado. Esta capacidad es especialmente útil en situaciones complejas, asociadas a gran cantidad de información y con mucho ruido.

Según los expertos, cuantas más variaciones de una situación hayamos experimentado, más rico será el libro de imágenes y más probable será que reconozcamos la situación actual. “Lo que hace que lo que llamamos intuición nos diga algo pueden ser olores, gestos o una combinación indefinida de impresiones ”, indica Lars-Erik Björklund.

Sin embargo, estos recuerdos se almacenan sólo si nos afectan. En otras palabras, para que se acumule experiencia debe haber una implicación. Esto significa, según Lars-Erik Björklund, que “nunca podemos calcular por nosotros mismos todo el conocimiento y habilidades que necesitamos en nuestra vida profesional. La experiencia práctica es indispensable y es necesario volverla a evaluar”.

Björklund subraya la necesidad de ampliar los componentes que implican práctica y trabajo de laboratorio, más que delimitar programas profesionales para ingenieros, profesores y médicos. “Tenemos que ver, sentir, oler, oír, tocar y experimentar con nuestros sentidos. Este conjunto de datos no puede ser sustituido por un curso de literatura”, apunta.

“Hoy en día la experiencia está infravalorada, debido quizás a que no hemos comprendido este tipo de conocimiento tácito. Ahora lo sabemos gracias a los expertos dedicados a investigar el cerebro”, concluye Björklund.

Fuente: Universidad de Linköping (Suecia)
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