Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y de la Universidad de Cádiz han caracterizado las propiedades beneficiosas de una medusa que reapareció hace pocos años en las costas de Andalucía. Los potenciales usos de esta especie podrían orientarse hacia la gastronomía o productos farmacéuticos y cosméticos.
Un equipo de investigación formado por miembros del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (CSIC), la Universidad de Cádiz y la Universidad de Messina en Italia ha detallado las propiedades antioxidantes y organolépticas de una especie de medusa redescubierta en las costas del Atlántico oriental y Mediterráneo. Las conclusiones del estudio apuntan hacia las posibilidades de una nueva industria con su explotación pesquera y de cultivo.
Este espécimen pasó desapercibido durante más de 60 años hasta que en 2012 reapareció y fue caracterizado. El mismo grupo investigador y, gracias a la ayuda del zoo de Viena, consiguieron crear el hábitat necesario para que pudieran sobrevivir en cautividad, al mismo tiempo que describían su ciclo de vida. En esta ocasión, las investigadoras han definido los componentes orgánicos de la medusa Rhizostoma luteum en el artículo publicado en la revista Marine Drugs planteando así sus posibles aplicaciones como base de diferentes industrias.
El paraguas de esta medusa alcanza más de 60 centímetros, pesa 13 kilogramos y tiene 3 metros de brazos orales, convirtiéndose en una de las especies más grandes de esta familia.
“En el mercado asiático el consumo de otras especies de la misma familia es frecuente por el alto contenido en ácidos grasos y lípidos beneficiosos para la salud, por lo que podría convertirse en un producto destinado a la exportación desde nuestras costas o viveros”, indica la investigadora del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, Laura Prieto, autora del artículo.
La investigadora apunta que los resultados de la investigación han demostrado un alto contenido en sustancias beneficiosas para la salud, entre los que destacan proteínas y fenoles, compuestos que funcionan como antioxidantes naturales y que se encuentran en una proporción mayor que en otras medusas conocidas.
Además, la composición de los ácidos grasos muestra notables diferencias con otras especies estudiadas anteriormente, fundamentalmente en los niveles de ácidos oleico y linoleico, que contribuyen a la regulación de la tensión arterial y del colesterol y previenen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
También han determinado su potencial capacidad fotoprotectora de la radiación ultravioleta y su actividad para favorecer el buen funcionamiento de los melanocitos, responsables de la pigmentación de la piel. Por otro lado, el alto contenido en colágeno, un tejido que tiene la propiedad de rehidratar las células, dándoles elasticidad, las hacen una fuente idónea para su aplicación en cosmética y biomedicina.
Por el momento, las investigaciones se han acometido en animales jóvenes, por lo que las expertas plantean continuarlas con ejemplares adultos para observar si estos compuestos bioactivos aumentan con el tamaño y la edad y así determinar cuál es el mejor momento para su extracción. El hecho de que ya han completado su ciclo de vida en cautiverio establece que la Rhizostoma luteum es un potencial prometedor para su uso en biotecnología.
Referencia bibliográfica:
Laura Prieto, Angélica Enrique-Navarro, Rosalia Li Volsi y María J. Ortega. ‘The Large Jellyfish Rhizostoma luteum as Sustainable a Resource for Antioxidant Properties, Nutraceutical Value and Biomedical Applications’. Marine Drugs. 2018.
Este trabajo forma parte del proyecto ‘Respuesta de medusas mediterráneas al efecto interactivo de motores climáticos de impacto: supervivencia en un Mediterráneo más cálido y ácido' financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.