El crecimiento del cerebro embrionario en etapas tempranas es la línea de investigación que ha unido a dos equipos científicos, uno de la Universidad de Valladolid (UVa) y otro de la Universidad Villanova, en Philadephia (EE UU), para aunar esfuerzos y revisar de manera conjunta el trabajo que ambos grupos han desarrollado durante estos últimos años.
La importancia de la composición del fluido cerebro espinal en el crecimiento embrionario es el tema en el que se centra la línea de investigación del equipo de Ángel Gato Casado, profesor del Departamento de Anatomía y Radiología de la Facultad de Medicina de la UVa. A partir de sus primeros descubrimientos, comenzó el vínculo profesional con la bióloga Mary Desmond de la Universidad de Villanova, pionera en el ámbito mundial en investigar el crecimiento del cerebro embrionario.
Después de la primera visita de la investigadora norteamericana a Valladolid el pasado año, y el encuentro de Gato Casado en la Universidad de Villanova, la relación entre ambas instituciones se afianzó. La revisión conjunta del trabajo, del que ya existe un primer borrador, en el que van a iniciar nuevas formas de colaboración en las investigaciones del desarrollo embrionario del sistema nervioso, será el punto álgido y se extenderá con la estancia de un becario del equipo de Desmond en la UVa durante los próximos meses.
De hecho, la investigación pretende comprender algún día cuáles podrían ser los mecanismos que activan la génesis de las neuronas, a partir de células madre, abundantes en el desarrollo embrionario y que en la etapa adulta podrían utilizarse en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
Hasta entonces, la investigación que se desarrolla en el laboratorio con embriones de ratón o de pollo es la piedra angular para entender la importancia del fluido cerebro espinal en las primeras fases de desarrollo embrionario, que es similar en casi todos los animales, incluidos los humanos.
El equipo que dirige Ángel Gato ha sido el primero en España en iniciar esta línea de investigación y en analizar la composición del fluido del cerebro embrionario y su capacidad para regular el comportamiento de las células madre embrionarias, controlando la mitosis o división celular y la génesis de las neuronas. Según sus investigaciones, un fallo durante este periodo desencadena malformaciones en los embriones, la mayor parte de los cuales no llegan a término.
"Una cosa es saber lo que pasa en el embrión y otra es que esos datos puedan ser aplicables en ciertas terapias", explica Ángel Gato. El profesor lleva trabajando durante veinte años en esta línea de investigación junto al equipo del laboratorio que dirige.
Uno de sus descubrimientos más sorprendentes fue el análisis del fluido cerebro espinal, en colaboración con el Departamento de Genética de la Universidad de Barcelona, en el que se encontraron que su composición no era tan simple como esperaban, dando como resultado una más compleja, de la que se dedujo que el fluido también regula el comportamiento de las células madre, controlando la mitosis de las células y la génesis en las neuronas.
Los investigadores demostraron que el fluido cerebro espinal tenía una importancia mayor en el crecimiento embrionario. Nadie hasta entonces lo había hecho, ya que se requieren equipos y personal altamente cualificados para poder trabajar con estructuras de menos de dos milímetros.
Actualmente, una de las propuestas del laboratorio de la UVa es celebrar un congreso en Kyoto para reunir a todos los grupos del mundo dedicados a esta línea de investigación.