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Agencia Sinc
El episodio se publica en el 'Journal of Archaeological Science'

Un grupo de homínidos devoró un león hace 350.000 años en Atapuerca

Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca acogieron la presentación de un libro en el que se recogen las conclusiones más destacadas de la primera reunión científica celebrada en Alcalá de Henares en enero de 2009 para analizar las relaciones entre grandes carnívoros y los homínidos en la Península Ibérica durante la prehistoria.

Un grupo de homínidos devoró un león hace 350.000 años en Atapuerca
Los codirectores de Atapuerca posan con el libro junto a Jordi Rosell y Enrique Baquedano. Foto. Dicyt.

Según explica Jordi Rosell, investigador del equipo de Atapuerca, el encuentro fue todo un éxito porque recogió las aportaciones de un nutrido grupo de expertos que llevan años trabajando en este tema, procedentes de países como Portugal, Francia, Italia y España. De esta forma, se analizó por primera vez de manera conjunta el comportamiento de estos animales, sus hábitos cavernarios, su evolución, el papel que desarrollan en el medio, las extinciones o su relación con los grupos humanos.

El episodio más “curioso” que se puso de manifiesto en esta reunión fue el acontecido hace 350.000 años en la Sierra de Atapuerca, en concreto en el nivel TD10 de la Gran Dolina. Fue allí donde un grupo de homínidos dio caza a un león gigante, un león de las cavernas, y lo devoró. La conclusión más revolucionaria que se extrae de este suceso, como indica Jordi Rosell, es que “por primera vez se demuestra que este ente es capaz de cazar un león”.

Este episodio se ha publicado recientemente en el Journal of Archaeological Science, un trabajo que han llevado a cabo Jordi Rosell, Ruth Blasco, también investigadora del equipo de Atapuerca; y los tres codirectores del proyecto, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell.

Pero las conclusiones no se quedan en corroborar que el Homo heidelbergensis era un buen cazador. Las implicaciones de este hecho son “tremendamente grandes” para acercarnos al conocimiento del comportamiento humano de esta especie. Desde el punto de vista social, por ejemplo, nos indica que su organización era muy cohesionada porque dan caza al león en grupo; pero a su vez, nos revela una alta capacidad de improvisación ya que la idea de capturar al gran carnívoro no era premeditada, sino que surge porque supone una amenaza para el grupo o porque les molesta a la hora de dar caza a sus propias presas. En definitiva, nos indica que “son lo suficientemente hábiles como para hacer frente a un animal de estas características”, reseñó Jordi Rosell.

Los homínidos que habitaron la Península durante la prehistoria tuvieron que convivir con más carnívoros, además del león de las cavernas, mucho más grande que un león africano actual. A través del estudio de estos yacimientos, Rosell apunta que también han encontrado restos de hienas que merodeaban por el campamento una vez que los homínidos se habían marchado para aprovechar los restos de sus presas que habían abandonado. Zorritos, linces, osos y panteras completan la lista de carnívoros que compartieron territorio con nuestros antepasados.

Burgos: gran destino científico

La I reunión científica sobre cubiles de hienas y otros grandes carnívoros en los yacimientos arqueológicos de la Península Ibérica se creó para analizar las relaciones entre estos animales y los homínidos durante la prehistoria. Fue organizada por el equipo de investigación de Atapuerca y el del yacimiento madrileño de Pinilla del Valle, dirigido por Enrique Baquedano.

Ambos equipos llevaban años interesándose por este tema y así se puso en marcha este encuentro bajo el título de . Debido al éxito obtenido, su director, Jordi Rosell, ya está planificando un segundo encuentro que tendrá lugar el próximo año en Tarragona.

Como retos para el futuro, el investigador señala abrir el estudio de las relaciones entre homínidos y grandes carnívoros a nivel mundial y no ceñirse exclusivamente a la Península Ibérica. De esta forma, el congreso despertaría el interés de un número aún mayor de científicos que el año pasado se echaron para atrás al conocer que el estudio se limitaba tan sólo a la Península.

“Tuvimos muchas peticiones de expertos procedentes del continente africano, asiático e incluso Norte América, pero al tener esa limitación se echaron para atrás”, lamentó Rosell quien además adelantó que si la reunión sigue siendo un éxito y siguen surgiendo datos novedosos, “el siguiente congreso tendría que ser en Burgos”, concluye.

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
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