Un 5% de los casos de párkinson tienen una causa genética identificada, pero una inmensa mayoría se debe a factores ambientales y de hábitos de vida o, en todo caso, a una combinación de ellos con la predisposición genética. Daniela Vogt-Weisenhorn, investigadora del Instituto de Genética del Desarrollo del Centro Helmholtz de Munich (Alemania), ha aportado estos datos hoy en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), con el que colabora en la investigación acerca de los posibles factores ambientales que influyen en el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
"Queremos entender la etiología del parkinson, por qué podemos tener esta enfermedad y cuáles son los mecanismos moleculares que subyacen en ella", ha afirmado la experta en declaraciones a DiCYT posteriores a la celebración de un seminario en el que ha expuesto su línea de investigación a los científicos del Incyl. "Trabajamos con modelos animales para estudiar mecanismos genéticos desde un punto de vista multidisciplinar, desde el estudio de los comportamientos hasta la Anatomía, la Bioquímica y la Genética", comenta.
Las neuronas que están más relacionadas con la enfermedad de parkinson son las que producen dopaminas, hormonas neurotransmisoras, y, precisamente, los factores ambientales están relacionados con el llamado estrés oxidativo sobre estas neuronas, un concepto que hace referencia al proceso que ocurre en algunas células por formación excesiva de radicales libres de oxígeno y nitrógeno (moléculas implicadas en el envejecimiento) y afecta a la viabilidad de la propia célula, de manera que se relaciona con las enfermedades neurodegenerativas. "Este estrés puede venir por vía social, un concepto ambiguo pero demostrado, y se relaciona, además, con déficit en hierro, con la adquisición de otros metales pesados en el ambiente y con el contacto con pesticidas, este último caso, muy demostrado", asegura la investigadora alemana. "Todo ello influye en el estrés oxidativo de estas neuronas y dar lugar a la aparición de parkinson", señala.
Diferencias en humanos
Aunque estos estudios se realizan con modelos animales, tienen una evidente relación con las enfermedades humanas. Aún así, "una de los aspectos más intrigantes es que algún tipo de estrés que es muy fuerte para los humanos no lo es tanto para estos modelos animales, así que podría ser que en el humano todos estos factores sean aún más importantes", comenta. En cualquier caso, la aparición del párkinson, "se debe a una combinación de factores y sólo el 5% de la población afectada por parkinson tienen problemas genéticos que se conozcan, aunque puede haber otros que no se conocen", recalca.
La colaboración con el Incyl aparece a propósito de estas investigaciones sobre las causas ambientales de la enfermedad. En concreto, el equipo de Juan Pedro Bolaños estudia el estrés oxidativo, mientras que el grupo de Eduardo Weruaga puede ayudar a los científicos alemanes al estar especializado en el estudio del sistema olfativo, ya que "los enfermos de párkinson tienen problemas olfativos".