En Europa se generan cada semana más de 50.000 toneladas de desperdicios de champiñón que plantean un desafío medioambiental para las principales industrias que comercializan este producto a escala mundial. El proyecto europeo Funguschain, en el que participa la Universidad de Alicante, busca la obtención de compuestos para crear productos de limpieza para el hogar y bioplásticos, entre otros, partir de los residuos de los hongos.
El proyecto europeo Funguschain busca a partir de nuevos procesos en cascada (varias fases de procesamiento similares) la obtención de compuestos de alto valor a partir de residuos de champiñón. En concreto, su objetivo es obtener compuestos innovadores y sostenibles para un gran abanico de productos como soluciones de limpieza antimicrobianas y ecológicas para productos del hogar, bioplásticos para bolsas, film y guantes, o complementos alimenticios enriquecidos para ancianos y deportistas.
Liderado por la empresa holandesa BioDetection Systems, reúne a un total de 16 socios que incluyen universidades, centros de investigación y empresas de países como España, Países Bajos, Irlanda, Alemania, Italia, Reino Unido, Bélgica, Croacia, Suecia y Portugal. Desde nuestro país es el grupo de investigación de Análisis de Polímeros y Nanomateriales (NANOBIOPOL) de la Universidad de Alicante (UA) que participa en el proyecto para obtener sustancias con una elevada capacidad antimicrobiana y antioxidante de estos residuos.
Equipo de investigadores de la UA que participan en el proyecto: Alfonso Jiménez, Marina Ramos, Mª Carmen Garrigós y Nuria Burgos. / UA
De hecho, es el director del grupo NANOBIOPOL, Alfonso Jiménez, quien dirige la parte científica del proyecto "que comprende un trabajo de cuatro años y conducirá a resultados que permitan la valorización integral de residuos y subproductos del procesado del champiñón”, señala Jiménez.
“Nuestro objetivo final es obtener compuestos de alto valor añadido, sostenibles e innovadores para productos de limpieza, complementos alimenticios enriquecidos y bioplásticos para bolsas, films y guantes”, añade.
“Desde los laboratorios se está desarrollando la técnica de extracción asistida por microondas de antimicrobianos, antioxidantes, proteínas, polioles y polisacáridos que formarán parte de los procesos posteriores para los sectores de limpieza, alimentos y plásticos”, explica.
Una vez se obtengan los productos finales validados por empresas alimentarias, fabricantes de productos de limpieza y bioplásticos vinculadas al proyecto, los residuos restantes de la industria del champiñón se utilizarán para compostaje y biogás “apostando así por un proceso sostenible e innovador y una economía circular agraria”, recalca el coordinador científico.
El proyecto, con un presupuesto de 11 millones de euros, está cofinanciado por el Bio-based Industries Consortium en el marco del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.