Un nuevo estudio liderado por científicos españoles demuestra la relación causal entre la aparición de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), producida por una proteína llamada prión, y la cirugía general. La ECJ se manifiesta en formas hereditarias, adquiridas y esporádicas o de causa desconocida, que constituyen la mayor parte de los casos.
“Apoyándonos en los registros de vigilancia de encefalopatias espongiformes en dos países nórdicos, estudiamos la posibilidad de transmisión de la forma esporádica de la ECJ por cirugía general”, explica a SINC Jesús de Pedro, autor principal del estudio y responsable de la vigilancia de las enfermedades por priones en el Centro Nacional de Epidemiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III.
El hallazgo, publicado recientemente en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry, revela que, salvo algunas excepciones, el riesgo de haber contraído la forma esporádica de la ECJ se manifiesta a partir de 20 años después de haber pasado por los quirófanos.
“Aunque no descartamos que las transfusiones intraoperatorias puedan desempeñar un papel complementario, los datos sugieren que la enfermedad entra y se propaga más rápidamente por el sistema nervioso central o periférico”, confirma De Pedro.
Según los autores, el hecho de que hayan existido desde principios de los setenta registros computarizados de intervenciones quirúrgicas en los hospitales de Suecia y Dinamarca permite relacionar las intervenciones de los residentes en el país con los casos de ECJ, lo que “ofrece una calidad extraordinaria a la información y más credibilidad a los hallazgos por la práctica ausencia de sesgo de recuerdo”.
¿Por qué es importante la idea de transmisión por cirugía?
Lo más interesante de este hallazgo, que apunta a una causa externa que se puede abordar de forma preventiva, es que “puede ser parte del cambio en la concepción de la naturaleza de las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o párkinson”.
Así, podríamos preguntarnos si se puede transmitir por cirugía y estar latente durante décadas otro tipo de trastornos neuromotores, en los que ya se habían señalado como factores de riesgo las profesiones y actividades de marcado esfuerzo físico o ciertas actividades deportivas, en las que se tiene más probabilidades de pasar por el quirófano.
“Sugerir que una enfermedad ha podido ser adquirida en medios sanitarios es una afirmación muy delicada, pues algunos familiares de enfermos de ECJ esporádico pueden estar tentados de reclamar una indemnización a los sistemas sanitarios por una supuesta transmisión intraoperatoria acontecida mucho antes, imposible de demostrar en casos individuales”, razona.
No obstante, el patrón más concluyente que el estudio ofrece, aún basado en pocos casos y que debe ser replicado en próximos estudios, es el de la ECJ que aparece alrededor de unos 10 años después de una intervención sobre la retina con instrumental reutilizado.
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Referencia bibliográfica:
Jesús de Pedro-Cuesta, Ignacio Mahillo-Fernández, Alberto Rábano, Miguel Calero, Mabel Cruz, Ake Siden, Henning Laursen, Gerhard Falkenhorst, Kare Mølbak y el Grupo de Investigación EUROSURGYCJD. “Nosocomial transmission of sporadic Creutzfeldt-Jakob disease: results from a risk-based assessment of surgical interventions”. J Neurol Neurosurg Psychiatry (2010). doi:10.1136/jnnp.2009.188425.
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