El presidente ruso ha dicho que su país se ha convertido en el primero del mundo en registrar una vacuna contra el nuevo coronavirus, tan solo dos meses después de que se iniciaran las primeras pruebas en humanos. La medida ha provocado dudas entre los expertos por la velocidad de los ensayos y la poca transparencia de los datos.
El candidato de vacuna contra la COVID-19 del Instituto de Investigación Gamaleya, parte del Ministerio de Salud de Rusia, ha recibido aprobación, según informó hoy el presidente Vladimir Putin. La decisión ha suscitado controversia porque las primeras pruebas con humanos se iniciaron el pasado mes de junio. Además, los expertos han criticado la opacidad de los datos, que no han sido publicados en ninguna revista científica.
La vacuna, cuyo nombre técnico es Gam-Covid-Vac Lyo, es una combinación de dos adenovirus, Ad5 y Ad26, ambos diseñados con un gen del coronavirus. Y ahora ha sido rebautizada como Sputnik V, en homenaje al satélite soviético.
El anuncio de Putin allana el camino para la inoculación masiva de la población rusa, antes de que finalicen los ensayos en los que habría que probar la seguridad y eficacia en miles de personas.
La Asociación de Organizaciones de Investigación Clínica de Rusia, que agrupa a grandes compañías farmacéuticas del país, ha pedido al Gobierno que no se precipite y que retrase la aprobación hasta que concluya con éxito la fase III.
Con estas prisas, los expertos ven la determinación de Rusia de ganar la carrera mundial de las vacunas contra el coronavirus, ahora liderada por la Universidad de Oxford y la firma estadounidense Moderna. Opinan que Putin está “anteponiendo el prestigio nacional a la ciencia y a la seguridad”, según señala Reuters.
El anuncio se ha realizado hoy después de una reunión de gabinete ministerial, retransmitida por la televisión estatal. Putin señaló que la vacuna del Instituto Gamaleya es segura y que incluso ha sido administrada a una de sus hijas.
“Sé que funciona bien, crea una inmunidad fuerte y ha pasado todos los controles necesarios”, indicó el mandatario ruso. Además, dijo que esperaba que el país empezara pronto “a producir la vacuna en masa”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recibido con cautela la noticia de que Rusia ha registrado la primera vacuna contra la COVID-19. El organismo señaló que esta vacuna, como el resto, deberá seguir los trámites de precalificación y revisión.
”Acelerar los procesos no debe significar poner en compromiso la seguridad”, subrayó el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic. También destacó que la organización está en contacto con las autoridades rusas y de otros países para analizar los progresos de las distintas investigaciones sobre las vacunas.
Por otro lado, Jon Cohen escribe en la revista Science que el anuncio de Putin de haber aprobado la primera vacuna contra la COVID-19 ”es un movimiento sorprendente y confuso”. El candidato a vacuna ruso, dice, ”ha sido probado en sólo 76 personas y el certificado emitido por el Ministerio de Salud solo permite que se administre a un pequeño número de ciudadanos de grupos vulnerables, incluido el personal médico y los ancianos”.
Cohen aclara que ”el certificado estipula que la vacuna no podrá utilizarse ampliamente hasta el 1 de enero de 2021, presumiblemente después de que se hayan completado ensayos clínicos más amplios”.
Esta noticia ha sido actualizada el 12 de agosto de 2020.