Tras la marea negra que provocó el hundimiento del petrolero Prestige frente a la Costa da Morte el 19 de noviembre de 2002, el grupo de investigación de Biodiversidad Marina de la Universidad de Alcalá comenzó a estudiar las consecuencias del vertido en las playas gallegas afectadas por el fuel. Ése fue el inicio de una investigación que se ha prolongado en el tiempo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Alcalá acaba de publicar en las revistas Oceanologia y Journal of Sea Research dos estudios del seguimiento de las comunidades que viven en los hábitats arenosos de las playas afectadas por la marea negra del 19 de noviembre de 2002, en la Costa da Morte, provocada por el hundimiento del Prestige. Los científicos comenzaron a estudiar las consecuencias del vertido en las playas gallegas afectadas por el fuel y han continuado la investigación hasta 2009.
“Aunque las playas pueden ser vistas como desiertos en comparación con otros hábitats marinos, tienen unas comunidades faunísticas muy interesantes que nos sirven de referencia para detectar cambios ambientales” explica Juan Junoy, profesor del departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá.
Una de las playas más estudiadas por este grupo, la playa de Ladeira (A Coruña), pertenece a un área protegida por sus valores naturales, el Parque Natural del Complejo dunar de Corrubedo y las Lagunas de Carregal y Vixán. En esta playa se han estudiado tanto las comunidades que viven enterradas en la arena de la playa –comunidades bentónicas–, formadas por poliquetos y crustáceos (pulgas, bichos bola, etc.), como las que nadan en la zona de rompiente y barrido de las olas (comunidades suprabentónicas), constituidas por pequeños crustáceos, como misidáceos, cumáceos e isópodos.
Las comunidades bentónicas fueron estudiadas a lo largo de un periodo de siete años (2003-2009) detectándose una disminución de la diversidad y la abundancia de las especies debida a la marea negra del Prestige, y su recuperación al año y medio del suceso. El seguimiento a largo plazo permite diferenciar las oscilaciones naturales de las poblaciones de aquellas inducidas por fenómenos estocásticos, sean o no catastróficos.
Este tipo de estudios de seguimiento son desconocidos en nuestras playas, y permiten disponer de datos de referencia que pueden ser utilizados en el futuro. “En ese sentido, es como el registro de las temperaturas al que tan acostumbrados estamos: nos permiten hacer comparaciones con la que había en tiempos pasados y, eventualmente, detectar cambios ambientales”, subraya Junoy.
Para el muestreo de las comunidades suprabentónicas, que nadan cuando la ola barre la playa y se entierran cuando se retira, se utilizó un trineo provisto de una red de plancton que capturaba los pequeños crustáceos nadadores que forman el suprabentos.
Dos jóvenes beneficiarios de las becas de iniciación a la investigación de la Universidad de Alcalá, Rubén Bernardo-Madrid y Juan Manuel Martínez-Vázquez, compararon la fauna de la playa de Ladeira con otra playa de la provincia de Lugo, la playa de Altar, una vez que los efectos del Prestige ya no eran detectables. En cada una de las playas se recorrieron con el trineo 120 metros, cada uno de los 24 meses en los que se tomaron las muestras.
En total, se censaron un centenar de especies distintas constituyentes de esta comunidad. Lo más sorprendente, teniendo en cuenta que el estudio se realizó de forma sincrónica en ambos lugares, es que el suprabentos de cada una de las playas se comporta de forma diferente. Tampoco existe una marcada estacionalidad que pueda detectarse durante los dos años de muestreo.
"Se pone así de manifiesto que no es suficiente utilizar un único control o un único año en los estudios de impacto ambiental en las playas, ya que es muy poco probable que los patrones espaciales y temporales de un lugar sirvan como punto de comparación para otro", concluyen.