Un hueso equino conservado en el permafrost ártico desde hace 700.000 años ha permitido secuenciar el genoma más antiguo hasta hoy. Este descubrimiento no solo revela nueva información sobre la evolución del género Equus, sino que demuestra que el ADN puede conservarse hasta fechas cercanas al millón de años, por lo que tal vez en un futuro puedan secuenciarse otros genomas como los del Homo erectus y el H. heildelbergensis.
Una nueva especie de ave permanecía escondida a los ojos de todo el mundo en una ciudad de un millón y medio de habitantes, Camboya. Ornitólogos de las organizaciones conservacionistas BirdLife International y la Wildlife Conservation Society han publicado el hallazgo en la revista Forktail.
Un equipo internacional de investigadores, liderado desde el Centro de Astrobiología y el Instituto de Estructura de la Materia, informan de la presencia de ión amonio o NH4+ en el espacio. La revista The Astrophysical Journal Letters publica la novedad astroquímica.
Científicos españoles han patentado un nuevo biomaterial para desarrollar tejido óseo, conocido como huesos artificiales, a partir de células madre procedentes de cordón umbilical. Este material consiste en una tela de carbón activado sobre la que se soportan y se diferencian las células dando origen a un producto capaz de promover el crecimiento del hueso.
Tras la marea negra que provocó el hundimiento del petrolero Prestige frente a la Costa da Morte el 19 de noviembre de 2002, el grupo de investigación de Biodiversidad Marina de la Universidad de Alcalá comenzó a estudiar las consecuencias del vertido en las playas gallegas afectadas por el fuel. Ése fue el inicio de una investigación que se ha prolongado en el tiempo.
Los restos óseos de pequeños animales hallados en lo que podría ser una hoguera neandertal en la cueva cántabra de El Esquilleu suponen un enigma para los científicos. Investigadores de la UNED y de la Universidad Complutense apuntan a que la especie ‘hiciera limpieza’ en la cueva quemando los restos de forma sistemática, para evitar infecciones, aunque también podrían servir como fuente combustible.
En la isla de São Miguel, en las Azores, existía una pequeña ave rapaz nocturna, emparentada con el autillo europeo, denominada Otus frutuosoi, que muy probablemente se extinguió en el S. XV con la llegada de los primeros colonos. Un estudio internacional, que cuenta con participación española, ha identificado por primera vez fósiles de esta especie endémica de la isla.