La Plataforma SAM (Seguridad Alimentaria y Medios de Comunicación) ha publicado la versión digital del nuevo documento monográfico titulado "¿Queremos comer aditivos?", dedicado al debate social sobre el uso de aditivos alimentarios. El documento resume los aspectos más destacables de la reunión en petit comité que la Plataforma SAM convocó el pasado 28 de abril de 2010 en el Colegio de Periodistas de Barcelona para discutir este tema.
El encuentro organizado por la Plataforma SAM, constituida por la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA) y el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra (OCC-UPF), estuvo moderado por Eduard Mata, director de la ACSA, y Gema Revuelta, subdirectora del OCC-UPF.
La reunión contó con las ponencias de Claudi Mans, profesor emérito del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Barcelona, Robert Xalabarder, ex-presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Complementos Alimentarios, María Dolores Raigón, catedrática de la Universidad Politécnica de Valencia, y Anna Burgués, de la Unión Cívica de Consumidores y Amas de Casa de Barcelona y Provincia. Asimismo, en el acto también participaron perodistas especializados en temas de ciencia y salud, así como otros representantes de la ACSA y el OCC-UPF.
Una de las principales conclusiones de la reunión y del monográfico "¿Queremos comer aditivos?" es la percepción negativa que se detecta en el consumidor en cuanto a los aditivos, al identificarlos con algo artificial y con la producción industrial intensiva, entre otros motivos. En contraposición, el consumidor tiende a tener una percepción positiva respecto a lo que identifica como natural, ecológico y saludable. La desconfianza con la industria radica a menudo en la idea de que esta se mueve por intereses económicos. Por eso es muy importante que la administración haga un esfuerzo para poder llegar a puntos de encuentro entre expertos de diversas tendencias en criterios de seguridad, concentraciones, etc., pero que demuestre imparcialidad y su apuesta por la defensa del consumidor.
Del documento también se desprende la idea de que en general el etiquetado alimentario no se entiende. Sin embargo, es evidente que comprender las etiquetas es fundamental para la confianza de los consumidores. En este sentido, los asistentes a la reunión que resume el monográfico, concluyen en que hay que hacer un esfuerzo mayor para aumentar la inteligibilidad de las etiquetas, la cual no sólo incluye la información que proporcionan sino el cómo, la tipografía, el tamaño del texto, la claridad...
En este proceso de información juegan también un papel fundamental los medios de comunicación y otros actores sociales capaces de desarrollar tareas pedagógicas. El tipo de consumidor es el que más condiciona el proceso industrial, el etiquetado y la publicidad de un producto, mientras que son los medios de comunicación, junto con la administración y las escuelas, los que más pueden contribuir a la formación del consumidor.
Enlaces relacionados:
Cuarto Monográfico SAM en castellano: ¿Queremos comer aditivos?
Cuarto Monográfico SAM en catalán: Volem menjar additius?