Adoptar ciertas medidas para la preservación de los pulmones después de que se produzca la muerte cerebral de donantes potenciales de órganos casi duplica el número de pulmones válidos para la donación, en comparación con los resultados obtenidos con los métodos tradicionales.
Una nueva investigación, liderada por Luciana Mascia, médico del Hospital Universitario San Giovanni Battista Molinette de Turín (Italia), evalúa las consecuencias de adoptar la estrategia de ventilación tradicional o la estrategia de ventilación de protección para los pulmones de los pacientes con diagnóstico de muerte cerebral.
"Nuestros resultados sugieren que la adopción de una estrategia de protección para los pulmones impide el declive de la función pulmonar consecuencia de la muerte cerebral y dobla, en cifras aproximadas, el número de pulmones aptos para el transplante”, explica Mascia, que ha publicado el estudio en la revista JAMA.
El ensayo, desarrollado en 12 unidades de cuidados intensivos europeas entre septiembre de 2004 y mayo de 2009 y que contó con la participación de 118 pacientes (59 sometidos a la estrategia de ventilación convencional y 59 a la de protección), analiza qué estrategia es mejor para reducir el avance de las disfunciones pulmonares, con lo que podría incrementarse el número de pulmones disponibles para trasplantes.
Entre ambas había varias diferencias. La segunda incluía el uso de menores volúmenes de ventilación pulmonar o de corriente (volumen de aire inhalado y exhalado con cada respiración) y niveles de presión espiratoria positiva más elevados (incremento de la presión del aire en los pulmones y en las vías respiratorias al aproximarse al final del proceso de espiración, para que se conserve un mayor volumen de aire dentro de los pulmones tras la espiración).
Los investigadores descubrieron que el número de pacientes sometidos a una estrategia convencional y cuyos pulmones cumplían con los criterios de donación de órganos pasado el período de observación de 6 horas ascendía a 32 (un 54%), en comparación con los 56 pacientes (95%) con idéntica respuesta que pertenecían al grupo de la estrategia de protección.
El número de pacientes cuyos pulmones se recogieron para la donación fue de 16 (27%) en el grupo de la estrategia convencional, frente a 32 (54%) del grupo de la estrategia de protección.
Análisis posteriores pusieron de relieve que la idoneidad para la donación, transcurrido el período de observación, estaba asociada a la estrategia de protección y al uso de fármacos vasoactivos (agentes que causan la constricción o dilatación de las vías sanguíneas) en modo aleatorio.
Las ventajas de proteger los órganos
"La media de la estancia en la unidad de cuidados intensivos de los pacientes que recibieron pulmones de donantes del grupo de la estrategia convencional era de 12 días, en comparación con los 8 días de media de aquellos pacientes receptores de pulmones procedentes de donantes sometidos a una estrategia de protección”, subraya la investigadora.
La tasa de supervivencia de 6 meses fue de un 69% (11 de 16) para aquellos pacientes que recibieron pulmones procedentes de donantes del grupo tratado con la estrategia convencional, en comparación con el 75% (24 de 32) de los pacientes receptores de pulmones procedentes del grupo tratado con la estrategia de protección.
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Referencia bibliográfica:
JAMA. 2010; 304[23]:2620-2627. www.jamamedia.org
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