Tras dos semanas de trabajo, hoy ha concluido la XIV reunión del Comité Científico Asesor del Convenio de Diversidad Biológica en Nairobi (Kenya) donde han participado expertos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM). Entre las propuestas destacan identificar zonas marinas de interés ecológico, promover el consumo sostenible, incentivar la conservación, y establecer objetivos mensurables y realistas para después de 2010.
Durante la reunión, el comité científico asesor ha propuesto revisar a fondo el actual programa de trabajo de biodiversidad costera y marina, con miras a su reformulación, y sobre todo prestar atención a la identificación de zonas de especial interés ecológico, la evaluación de los impactos y riesgos de las actividades no sostenibles sobre la biodiversidad marina, y los efectos adversos del cambio climático.
Los más de 500 expertos internacionales presentes en este encuentro celebrado en Kenya han establecido la necesidad de arbitrar instrumentos voluntarios y de mercado (como la certificación, las compras verdes, o la gestión de la cadena de suministro) para promover modelos de producción y consumo basados en un uso sostenible de la biodiversidad.
Pero para ello, los objetivos y metas más allá de 2010 deben ser, según los expertos, mensurables y realistas, así como ambiciosos, para lograr detener la pérdida de biodiversidad. Entre estos objetivos, destaca el que en 2015 exista a nivel global una red completa de áreas protegidas “ecológicamente representativas, eficazmente gestionadas e integradas en la planificación territorial”.
Hacia la Cumbre de Nagoya
De cara a la X reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica que se celebra en Japón en octubre, los participantes de esta reunión han avanzado en temas como la biodiversidad en áreas de montaña, aguas continentales, biodiversidad marina y costera, biodiversidad agrícola y biocombustibles, biodiversidad forestal, biodiversidad de las tierras áridas y sub-áridas, especies exóticas invasoras, áreas protegidas y la Estrategia Global para la Conservación de Plantas.
Una parte importante de la reunión, cuyas conclusiones se trasladarán en forma de recomendación en la Cumbre de Nagoya que definirá las nuevas metas para 2020-2050, ha sido avanzar hacia un marco de colaboración entre los tres convenios que emergieron de la Cumbre de Río en 1992: el de biodiversidad, cambio climático y lucha contra la desertificación.
El objetivo es aprovechar sinergias y mejorar la eficacia en el cumplimiento de las metas, pero también promover un uso sostenible de la biodiversidad y definir objetivos e indicadores.