El diseñador de videojuegos japonés Shigeru Miyamoto ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012, según ha hecho público hoy en Oviedo el Jurado encargado de su concesión.
El diseñador de videojuegos japonés Shigeru Miyamoto ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012, según ha hecho público hoy en Oviedo el Jurado encargado de su concesión.
El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades ha fallado hoy a favor del japonés Shigeru Miyamoto. Esta categoría destinada a galardonar la labor de creación e investigación en el conjunto de actividades humanísticas, contaba con 21 candidaturas en esta edición.
Considerado el padre del videojuego moderno, Shigeru Miyamoto es actualmente director administrativo general del Área de Entretenimiento, Análisis y Desarrollo de Nintendo Co Ltd. y máximo responsable del Área Recreativa y de Desarrollo de Producto.
Miyamoto es autor del videojuego Mario Bros, que con 275 millones de unidades vendidas, se ha convertido en la saga más comercializada de la historia. Además ha diseñado más de cien videojuegos, algunos de los cuales, como por ejemplo Zelda, están considerados como los mejores de la historia.
Otro hito de Miyamoto fue la creación de Super Mario 64, el primer juego realizado íntegramente en 3D que fue pionero al dotar de movimiento a personajes y cámaras de forma independiente. Además, el japonés es el creador de la primera consola de doble pantalla siendo una de ellas táctil, Nintendo DS, de la que se han vendido en Europa tres millones y medio de unidades en un año
El videojuego como una revolución social
Caracterizado por excluir la violencia de sus creaciones, Miyamoto ha revolucionado el sector con programas como Brain Training, diseñado, como su nombre indica, para ejercitar la mente; Wii Music, juego de composición musical, y Wii Fit, una tabla de ejercicios que por primera vez se controla con el movimiento del cuerpo y de la que se han vendido más de treinta millones de unidades.
Gracias a estas creaciones ha logrado hacer del videojuego una revolución social y ha conseguido popularizarlo entre un grupo de población que no había accedido aún a este tipo de entretenimiento. Además ha conseguido que sea un medio capaz de unir a las personas sin distinción de sexo, edad ni condición social o cultural.
Shigeru Miyamoto plantea los juegos como un elemento de integración familiar y social, una experiencia que pueda ser compartida por todos, que ayude a expresar emociones y consiga conmover al jugador.
Ocho Premios Príncipe de Asturias en el 2012
Este ha sido el tercero de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su trigésimo segunda edición. El pasado 10 de mayo se otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes al arquitecto español Rafael Moneo, y el 9 de mayo, el de Ciencias Sociales a la filósofa estadounidense Martha C. Nussbaum.
En las próximas semanas se fallarán los correspondientes a (por orden) Investigación Científica y Técnica, Letras y Cooperación Internacional. Los Premios Príncipe de Asturias de los Deportes y de la Concordia se fallarán el próximo mes de septiembre.
Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con cincuenta mil euros, la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un diploma y una insignia acreditativos. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por S.A.R. el Príncipe de Asturias.
Investigadores de las universidades Autónoma de Barcelona y de Almería han hallado, en Nasca, Perú, un nuevo tipo de asentamiento rural de la época de este imperio prehispánico. Se trata de un complejo arquitectónico de grandes dimensiones, en la sierra andina, cuya cronología podría situarse entre los siglos VII y X de nuestra era.
El estudio de miles de fragmentos de hueso de 338 individuos enterrados en un yacimiento de Álava indica que fueron víctimas de multitudinarios y violentos enfrentamientos hace unos 5.000 años. El trabajo lo lidera una investigadora de la Universidad de Valladolid.
