Están hambrientos y no tienen comida a su alrededor, por eso viven cerca de los vertederos o migran centenares de kilómetros para encontrar comida. Los osos pardos del noroeste de Turquía, protagonistas de #Cienciaalobestia esta semana, se comportan así como consecuencia de la sobreexplotación de las zonas donde habitan.
A Yogui, el oso ficticio y parlante de la serie emitida por la cadena estadounidense NBC, le define su pasión por las personas, especialmente por las cestas de comida que acarrean consigo los turistas que visitan Jellystone, el parque donde vive.
La ficción esconde su parte de realidad. Según un nuevo estudio realizado por un equipo de biólogos internacionales en Turquía, los osos pardos están abandonando su estilo de vida salvaje debido a las necesidades de alimento.
Gracias al rastreo mediante GPS de un grupo de 16 osos pardos, en el Parque Nacional de las Montañas Allahuekber y el bosque Sarikamis, los investigadores han observado que los osos son capaces de vivir en vertederos o recorrer cientos de kilómetros para alimentarse.
Seis de los osos rastreados hacen viajes migratorios estacionales regulares –de entre 100 km y 250 km, ida y vuelta– desde el bosque de pino seco sobrepastoreado hasta un rico robledal húmedo para abastecerse de alimento antes de la hibernación.
En un ecosistema no perturbado, los osos pardos no tienen necesidad de migrar, explica Marcos Chynoweth, uno de los autores del estudio publicado en Journal of Zoology e investigador en la Universidad de Utah (EE UU). Toda la comida que necesitan se puede encontrar cerca de sus lugares de hibernación y de reproducción.
"Se sabe que los osos pardos son capaces de recorrer largas distancias en busca de alimento", añade Chynoweth. Sin embargo, este comportamiento, más que un largo paseo hasta llegar a la comida, es considerado por los investigadores como un viaje migratorio.
"Se conocía que otras especies, como los osos polares, migraban", comenta el biólogo de la Universidad de Utah. Pero nadie había visto nunca la migración en los osos pardos.
Los otros diez osos rastreados no migraron. Sin embargo, permanecieron durante todo el año cerca de la fuente más confiable de alimentos que pudieron encontrar: el basurero de la ciudad de Sarikamis. Este comportamiento resalta aún más la capacidad de los osos para adaptarse a las diversas fuentes de alimentos.
Una madre con sus tres oseznos en el vertedero de basura Sarikamis en el este de Turquía. Karla Garcia
Ladrones del picnic
Hoy, los visitantes de los parques nacionales más famosos de Estados Unidos, como Yellowstone y Yosemite, se enfrentan a las consecuencias producidas en un pasado al permitir a los osos acercarse a los asentamientos humanos.
La alimentación de los osos solía ser lo más destacado en la visita de Yellowstone (Wyoming, EE UU). Hasta la Segunda Guerra Mundial, el parque incluso contaba con gradas cerca de los contenedores de basura para que los visitantes pudieran ver como los osos iban a comer cada noche.
Como consecuencia de la estrecha relación establecida entre osos y humanos, hoy en día los visitantes tienen instrucciones de no dejar neveras portátiles, incluso vacías, en los coches.
De la misma forma que el oso Yogui robaba las cestas de picnic de los visitantes, los osos pardos de este parque nacional han aprendido a asociar las neveras con una fuente de alimento, llegando hasta romper las puertas del vehículo para acceder a ellas.
La misma situación está ocurriendo en el noreste de Turquía. Los osos pardos de los bosques cercanos a la ciudad Sarikamis se dan un banquete cada noche en el basurero de la ciudad.
Acabar con la fuente de alimento
Una de las posibles soluciones para acabar con la presencia de osos en el vertedero sería su clausura. Según los investigadores esta medida daría lugar a tres escenarios posibles.
El primero es que tras quitarle su fuente de alimento los osos mueran de desnutrición. “Un resultado poco probable dada la habilidad de los osos para encontrar comida”, resaltan los autores en el estudio.
El segundo, y el más probable según los investigadores, es que los osos se aventuren hacia la ciudad y entren en contacto con los seres humanos, lo que generará conflictos e inseguridad.
La tercera posibilidad es que regresen a su estilo de vida salvaje y sigan la conducta de los otros seis osos rastreados, migrar desde el lugar de hibernación hasta el de alimentación.
Corredor de vida silvestre
En 2008, mucho antes de que comenzara el seguimiento de estos osos pardos, Sekercioglu propuso la creación de un corredor de vida silvestre en Turquía, un esfuerzo de reforestación para proporcionar el hábitat y el alimento necesario para los animales migratorios.
Como un golpe de suerte, esta vía coincide con la ruta migratoria que realizan los seis osos ‘salvajes’ rastreados.
"Esperamos que este corredor, que proporciona un aumento de la conexión entre los bosques, anime a más osos a migrar hacia los bosques húmedos del Cáucaso", señala Sekercioglu, pero añade que para es muy difícil que los osos de los vertederos abandonen la basura que les alimenta.
Referencia bibliográfica:
Cozzi, G., Chynoweth et al.: “Anthropogenic food resources foster the coexistence of distinct life history strategies: year-round sedentary and migratory brown bears”. J Zool. 22 de junio del 2016 doi:10.1111/jzo.12365