Investigadores de la Universidad de Alcalá utilizan la espectroscopia Raman para distinguir entre diferentes residuos de disparo y la munición de origen. Esta información a menudo resulta crucial para la policia científica cuando estudia la escena de un crimen.
Poder identificar inequívocamente un residuo de disparo es determinante a la hora de investigar un hecho delictivo con implicación de armas de fuego. Hasta ahora, la mayoría de los análisis se centraban en estudiar los componentes inorgánicos de los residuos de disparo. En concreto la triada de metales plomo, bario y antimonio que forman parte de la mezcla iniciadora conocida como 'fulminante'.
Sin embargo, la reciente incorporación al mercado de munición 'no tóxica', caracterizada por no incorporar metales pesados como el plomo, va a dificultar la identificación de los residuos de disparo. Precisamente este cambio ha llevado a investigadores del grupo de Investigación en Química Forense (INQUIFOR) de la Universidad de Alcalá y del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (SECRIM) -que trabajan conjuntamente en el marco del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP) de la universidad- a buscar nuevas alternativas de análisis.
Y las han encontrado. Los resultados se han encontrado estudiando los compuestos de naturaleza orgánica de los residuos de disparo –presentes en la pólvora (el propulsor) y los productos de descomposición de la misma– con espectroscopia Raman. La similitud entre la pólvora de una munición determinada y su residuo de disparo se analizó con el objetivo de evaluar si el residuo no se había transformado significativamente tras el disparo. Para comprobarlo se midió el espectro Raman de seis municiones y de sus correspondientes residuos, obtenidos tras disparar a corta distancia las municiones sobre una tela blanca de algodón.
“Hemos podido comprobar que los espectros Raman obtenidos de los residuos de pólvora detonada y de la de origen es muy similar, lo que permite relacionarlas”, explica María López, una de las responsables de este trabajo, que aparece publicado en la revista científica Analytical Chemistry. Además, los espectros Raman de los residuos de disparo se compararon con los de otras sustancias que podrían confundirse con ellos y que pueden encontrarse en las ropas de la víctima, la persona que dispara el arma o el sospechoso (sangre, arena, tinta...).
“La espectroscopia Raman proporciona una huella química única para cada compuesto, lo que permite la identificación inequívoca de la sustancia a analizar, llevándose a cabo de manera no destructiva y en pocos segundos”, añade. Esta técnica analítica se basa en recoger la luz dispersada por una sustancia cuando se incide con un láser, que emite luz monocromática. Esta dispersión de luz es característica de cada molécula en función de su estructura molecular.
Hasta ahora, la parte orgánica de los residuos de disparo no se analizaba por dos motivos; primero, se desconocía si estos residuos se alteraban de forma significativa respecto a la pólvora de origen; y segundo, no se habían desarrollado métodos analíticos alternativos a las técnicas empleadas hasta la fecha para su análisis. Como han demostrado estos científicos, quedan partículas de pólvora en el residuo de disparo que permiten identificar la pólvora original.
Esta investigación tiene un gran impacto -según sus promotores- porque, además de proponer una solución al problema forense que produce el análisis de munición 'no tóxica', permite identificar el residuo de disparo y asociarlo con algunos tipos de munición.