Francisco Lorenzo, Sonia Casal y Pat Moore, profesores del departamento de Filología y Traducción de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), han publicado un estudio en la revista internacional Applied Linguistics, en el que muestran que el nivel de competencia lingüística de la L2 (las lenguas inglesa, francesa y alemana) no es proporcional al incremento de horas que se imparten en el idioma, sino que el contacto con la lengua como vehículo para la enseñanza de otras materias como la historia o la biología tiene un efecto multiplicador en los niveles de competencia idiomática.
El estudio concluye que el procesamiento de la información lingüística centrado en los aspectos semánticos incrementa sensiblemente los niveles en un muy corto periodo de tiempo en relación con los resultados del grupo control. Junto con esto, el artículo analiza distintos aspectos de la educación bilingüe relacionados con el análisis del discurso y la distribución y funcionalidades del uso de L2, la evaluación del conocimiento lingüístico y la transformación que los centros de las redes bilingües europeas están experimentando. El estudio se llevó a cabo en más de sesenta centros de la red de centros bilingües de Andalucía, una de las más amplias de entre las redes europeas de la UE-25, y formó parte en su origen de un contrato programa suscrito a instancias de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía a través de la Oficina de Transferencia de Investigación de la UPO.
Las redes bilingües son modelos de formación lingüísticas recomendadas por las políticas lingüísticas europeas que se extienden por la mayoría de los países de la UE. Como tal, suponen una alternativa a la enseñanza tradicional de idiomas que genera en mayor o menor medida y dependiendo de los distintos contextos, déficits de aprendizajes detectados por estudios como el Eurobarómetro 2006. El modelo, aunque formulado teóricamente, carecía de validez empírica, aspecto por el que los resultados de este estudio pueden ser significativos.