Desde los años 30 permanecía sin respuesta un misterio: la edad de los fósiles de Homo erectus hallados en el río Solo en la isla de Java, Indonesia. Casi 90 años después, la ciencia ha permitido datar con precisión los huesos y concluye que estos restos son los más jóvenes de esta especie humana extinta.
Fueron los primeros humanos en caminar completamente erguidos hace unos dos millones de años y estuvieron presentes durante el Pleistoceno. Gran parte del conocimiento que se tiene en la actualidad sobre los Homo erectus en Asia procede de la isla de Java en Indonesia, concretamente a orillas del río Solo, en el yacimiento de Ngandong.
En la década de 1930 empezaron a descubrirse hasta doce calotas craneales y dos tibias en un lecho óseo donde se hallaron en su origen más de 25.000 huesos de diferentes especies animales.
La datación de los restos humanos resultó a lo largo de décadas difícil de realizar, por lo que los expertos propusieron como antigüedad una amplia gama de fechas que abarcaba desde hace 550.000 hasta hace 27.000 años.
Gracias a esta dilatada datación, durante años se hipotetizó que los Homo erectus pudieron haber vivido simultáneamente con poblaciones de Homo sapiens, hace 50.000 años, y se descartó que de estas poblaciones de humanos arcaicos pudieran haber evolucionado los humanos modernos.
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado hoy en Nature, aporta la edad exacta de los fósiles hallados hace casi 90 años y rebate algunas de las teorías anteriores.
“Los restos datan de hace entre 117.000 y 108.000 años. Esto confirma que Ngandong es el yacimiento más joven de Homo erectus que se conoce en todo el mundo. Hemos puesto fin a una larga controversia sobre la edad de este importante lugar de la evolución humana”, declara a SINC Russell L. Ciochon, científico en el departamento de Antropología de la Universidad de Iowa (EE UU) y autor principal del trabajo.
El equipo logró datar lo que ningún otro grupo de investigación había conseguido antes debido a la estratigrafía del yacimiento y a la confusión con los detalles originales de la ubicación de excavaciones anteriores. Usaron series de uranio con luminiscencia y resonancia de espín electrónico directamente en los fósiles de mamíferos descubiertos en el lecho óseo del río Solo para determinar la antigüedad definitiva.
“Luego combinamos los resultados de estos diferentes métodos utilizando el modelado bayesiano. La datación de los sedimentos con luminiscencia no estaba disponible en los estudios previos”, detalla Ciochon. Los cálculos indican que los fósiles pertenecen a los últimos individuos conocidos de H. erectus que hayan existido.
El paleoantropólogo Russell Ciochon de la Universidad de Iowa con una colección de réplicas fósiles de Homo erectus de Ngandong. / Tim Schoon/University of Iowa
La datación permite a los investigadores proporcionar información sobre la extinción de uno de nuestros antepasados directos. De hecho, por la disposición de los fósiles hallados a principios del siglo XX –cuerpos y restos desarticulados que acabaron allí después de ser arrastradas río abajo–, los expertos señalan que río arriba de Ngandong puedo producirse un evento de muerte masiva como una inundación. Pero existen diferentes teorías sobre lo que causó estos fallecimientos en masa, incluido un flujo de lodo volcánico.
Lo que sí se sabe es que este acontecimiento coincidió con condiciones ambientales cambiantes a medida que los bosques abiertos se transformaron en selva tropical. “Cuando el área se volvió más húmeda, la selva tropical se expandió hacia el este a través de Java, reemplazando el ambiente de bosque abierto asociado al Homo erectus”, explica el investigador estadounidense.
La desaparición de estos humanos en Java es simultánea a la expansión de la selva tropical. El entorno cambiante probablemente contribuyó a su extinción ya que probablemente no pudieron encontrar las fuentes de alimento que normalmente consumían o fueron más vulnerables a los nuevos depredadores. Los únicos homininos que han podido sobrevivir en un entorno de jungla son los humanos modernos, gracias “a nuestras adaptaciones conductuales y tecnológicas”.
La nueva investigación muestra así que H. erectus no sobrevivió lo suficientemente tarde como para interactuar con humanos modernos en Java. Además, como Ngandong es el yacimiento de H. erectus más joven conocido, “no hay evidencia de que H. erectus se haya encontrado con humanos modernos”, manifiesta Ciochon.
Sin embargo, en un estudio publicado en la revista Cell, un grupo internacional de científicos demostró que los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos y una especie más antigua, transmitiendo una señal residual de cerca del 1 % de ADN arcaico.
“Esta especie más antigua probablemente fue H. erectus. Se especula ahora sobre dónde y cuándo los denisovanos se encontraron con Homo erectus y cuáles fueron los resultados de esas interacciones”, concluye el paleoantropólogo.
Referencia bibliográfica:
Yan Rizal et al. “Last appearance of Homo erectus at Ngandong, Java, 117,000–108,000 years ago” Nature 18 de diciembre de 2019