Un grupo de científicos ha recibido esta semana de la Agencia Espacial Europea (ESA) los primeros datos de la misión CryoSat-2, que estudiará cómo el cambio climático afecta al hielo de nuestro planeta. Los investigadores seleccionados de todo el mundo ayudarán a partir de ahora a la calibración y el ajuste fino de los instrumentos embarcados en el satélite.
Tres meses después del lanzamiento de CryoSat-2, el satélite de la ESA que estudiará las masas de hielo, la agencia ha facilitado los primeros datos de la misión a 150 científicos de 40 centros de investigación. Estos datos son esenciales para poder determinar ínfimas variaciones en el espesor del hielo que flota en los océanos polares o de las grandes capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia.
Esta iniciativa forma parte de la campaña de calibración y validación de la misión, y garantizará que las medidas tomadas por el satélite cumplan los rigurosos requisitos de la misión antes de proceder a la distribución de los datos al resto de la comunidad científica internacional.
“Se trata de la primera transferencia de datos de CryoSat a usuarios ajenos al equipo a cargo del proyecto, que tiene lugar considerablemente pronto para una misión de estas características”, comenta el responsable de la misión CryoSat-2 para la ESA, Tommaso Parrinello.
“Hemos estado trabajando en turnos de día y noche, maniobrando el satélite hasta alcanzar la órbita correcta y resolviendo pequeños problemas con el procesador de abordo para poder alcanzar a tiempo este hito de la misión. Nos encontramos ahora en el tramo final de la fase de puesta en servicio. A partir de ahora el equipo de calibración y de validación juega un papel muy importante comprobando los datos generados por CryoSat antes de que puedan ser entregados a la comunidad científica internacional”.
CryoSat-2 no entrará en servicio oficialmente hasta el otoño, pero los técnicos ya han confirmado que el satélite y sus instrumentos se encuentran en perfecta forma física y los datos generados hasta la fecha son “muy prometedores”, según indica la ESA en una nota..
“Estamos muy emocionados con el altísimo nivel de detalle de estos primeros datos, que superan cualquier expectativa”, comenta el Responsable del Proyecto CryoSat-2 para la ESA, Richard Francis.
Campañas de validación
La misión CryoSat ha sido diseñada para estimar el espesor del hielo con una precisión sin precedentes, lo que permitirá comprender mejor los efectos del cambio climático sobre el hielo de las regiones polares. Para garantizar una precisión en el rango de los centímetros, la ESA está realizando una serie de campañas de validación, que incluyen la toma de datos de referencia in situ y desde aviones.
Durante estas campañas, que se realizan tanto en el Ártico como en la Antártida, se toman medidas de campo de forma sincronizada con el sobrevuelo del satélite CryoSat-2. Al comparar los datos obtenidos en el suelo con los obtenidos desde un avión, y éstos con los generados por el satélite, se puede estimar la precisión de las mediciones realizadas desde el espacio por la nave.
“Antes del lanzamiento de la misión se realizaron varias campañas en las regiones polares para estar preparados cuando llegase el momento”, explica el Responsable de la Validación de CryoSat-2, Malcolm Davidson. “La próxima campaña será especialmente emocionante, ya que será nuestra primera oportunidad de comparar directamente los datos generados por el satélite con los tomados desde los aviones”.
El experto destaca también: “Ha surgido una contribución digna de mención a través de la colaboración entre la ESA y la NASA. El próximo otoño, la NASA utilizará uno de sus aviones DC-8 para tomar datos en la Antártida al mismo tiempo que CryoSat-2 les sobrevuela”.