Independientemente del dolor, la clase social y la edad, una mujer tiene más probabilidad de que le receten fármacos para el dolor. Un estudio publicado en la Gaceta Sanitaria apunta además que esto se relaciona con la desigualdad socioeconómica entre géneros en la Comunidad Autónoma de residencia.
En el año 1999, un investigador de la Universidad de Harvard, Ishiro Kawachi, observó que en los estados de EE UU donde había mayor proporción de mujeres con un buen nivel social la mortalidad en ambos géneros era menor.
Inspirados por los estudios de Kawachi, expertos de la Universidad de Alicante han identificado cómo influyen las desigualdades sociales y económicas entre hombres y mujeres –lo que se conoce como desarrollo de género– en la prescripción de analgésicos para una zona de residencia.
“En España, así como en otros países del mundo, las mujeres padecen con mayor frecuencia dolor que los hombres, por lo que lógicamente se les prescribe más analgésicos”, explica a SINC Elisa Chilet Rosell, autora principal del estudio publicado recientemente en Gaceta Sanitaria.
Sin embargo, este análisis va un paso más allá y contempla que, independientemente del dolor, la clase social y la edad, ser mujer aumenta la probabilidad de prescripción de analgesia. “También influye vivir en una Comunidad Autónoma con menor desarrollo de género, tanto si se es mujer como hombre”, apunta Chilet.
Para la investigación, los autores utilizaron como principal fuente de información la Encuesta Nacional de Salud del año 2006 y el Índice de Desarrollo de Género (IDG), propuesto por la Organización de Naciones Unidas, que diferencia el desarrollo de hombres y mujeres en función de la esperanza de vida al nacer, la educación y los ingresos.
Con estos datos, hicieron un análisis de regresión logística para comparar la prescripción de analgésicos por sexo en las regiones con IDG mayor o menor que la media española. Los resultados confirmaron una brecha de género del 29 % en la prescripción de estos medicamentos.
“El sesgo de género encontrado puede ser una vía por la cual las desigualdades en el tratamiento analgésico afecta negativamente a la salud de las mujeres”, subraya la investigadora. “De ese modo, las mujeres reciben con mayor frecuencia que los hombres un tratamiento para el dolor sintomático, inespecífico y ciego a las causas”.
Menos atendidas por especialistas
Los autores pudieron comprobar además cómo las mujeres que padecen dolor y viven en un contexto de menor desarrollo de género tienen menos probabilidades que los hombres de ser atendidas por especialistas y suelen ser observadas solo en atención primaria.
Para los expertos, al tener en cuenta el IDG esta investigación añade un factor de contexto al análisis de las desigualdades en la prescripción de analgesia, y muestra que las características políticas y económicas de la sociedad influyen en la salud y en su tratamiento.
“La investigación sobre la conveniencia de la analgésicos y la medicalización de las mujeres debe incluir factores del propio entorno, pues supone un alto coste para la salud de las mujeres e incrementa el gasto farmacéutico, importante en estos tiempos de crisis económica”, concluye Chilet.
Referencia bibliográfica:
Elisa Chilet-Rosell, M. Teresa Ruiz-Cantero, José Fernández Sáez, Carlos Álvarez-Dardet. “Inequality in analgesic prescription in Spain. A gender development issue”. Gac Sanit. 2013;27(2):135–142
Investigación financiada por el Instituto de la Mujer [Desigualdades en el desarrollo de género y su efecto en las desigualdades en salud. Construcción de indicadores sociales compuestos y su aplicación en la obtención de información sobre prescripción y consumo excesivo de fármacos en España (Ref. 112/09)].
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