Un grupo internacional de científicos ha descubierto que los festines comunitarios, un comportamiento social único y común a todos los seres humanos, comenzaron antes de la llegada de la agricultura en las sociedades humanas. La prueba la han encontrado en un yacimiento funerario que data de hace unos 12.000 años.
“Los científicos han especulado con que este comportamiento apareció antes del período neolítico, hace cerca de 11.500 años. Esta es la primera prueba sólida que confirma la teoría de que los festines comunitarios ya tenían lugar, quizá con cierta frecuencia, en los albores de la transición hacia la agricultura”, declara Natalie Munro, investigadora de la Universidad de Connecticut (EEUU) y autora principal del estudio que se publica en el último número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los festines comunitarios son uno de los comportamientos sociales más universales e importantes observados en los seres humanos. El grupo de científicos que dirige Munro ha descubierto la prueba inequívoca más temprana de este tipo de festines organizados en un yacimiento funerario que data de hace unos 12.000 años.
Un festín de tortugas y reses salvajes
En una cueva sepulcral de la región de Galilea -al norte de Israel-, Munro y Leore Grosman, investigadora de la Universidad Hebrea en Jerusalén, descubrieron los restos de al menos 71 tortugas y tres reses salvajes en dos huecos excavados y con una densidad poco habitual para el período.
“Los caparazones de las tortugas y los huesos de las reses muestran pruebas de haber sido cocinados y desgarrados, lo que indica que los animales fueron descuartizados para el consumo humano”, explican los expertos.
“Por sí sola, la carne de los caparazones de tortuga desechados podría haber alimentado a 35 comensales. No sabemos exactamente cuántos individuos asistieron a este banquete en particular o cuál era la asistencia media a este tipo de eventos. Lo único que podemos hacer es dar un número mínimo estimado basándonos en los huesos que hallamos”, afirma Munro.
Según las investigadoras, cada uno de los dos huecos encontrados se excavó para celebrar un ritual funerario humano con su correspondiente banquete. Los caparazones de tortuga estaban situados debajo, alrededor y sobre los restos de un chamán que había sido enterrado mediante un rito, lo que sugiere que el banquete tuvo lugar al mismo tiempo que el ritual funerario.
Convites para fomentar las relaciones sociales
Una de las principales razones por las que los humanos comenzaron a celebrar estos festines, y después a cultivar sus propios alimentos, es que el rápido crecimiento de la población humana había empezado a abarrotar sus tierras.
“Existía mucho más contacto entre los humanos, y esto podía crear conflictos. En períodos anteriores a la Edad de Piedra, había pequeños grupos familiares que normalmente se movían para buscar nuevas fuentes de alimento. Posteriormente, estos eventos públicos eran una oportunidad de hacer ‘comunidad’ y ayudar a liberar tensiones y a consolidar las relaciones sociales”, asegura la investigadora estadounidense.
El origen de la agricultura
“La aparición de estos festines en los albores de la agricultura es particularmente interesante porque los humanos comenzaban a experimentar con la domesticación y el cultivo”, señala Munro.
“En conjunto, esta integración comunitaria y los cambios en la economía se sucediendo desde el principio, cuando el cultivo incipiente inició su desarrollo. Estos tipos de cambios sociales son el origen de los cambios significativos en la complejidad de la sociedad humana que dieron lugar a la transición a la agricultura”, concluye la investigadora.
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