Expertos en bioenergía y medio ambiente han apostado en Salamanca por el hidrógeno como la energía del futuro. Sin embargo, producirlo a través de electrolisis presenta numerosos inconvenientes, de manera que algunos científicos son partidarios de la generación de hidrógeno a partir de organismos vegetales. Es el caso de Peter Lindblad, de la Universidad de Uppsala (Suecia), uno de los investigadores internacionales más relevantes en esta campo, que ha explicado sus proyectos con microalgas en el marco del encuentro Ciencia, conocimiento e innovación. Jornadas científico-técnicas especializadas en el sector agroalimentario, organizado por la Fundación NIDO y el Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de Salamanca.
Antes de la intervención del experto sueco, el investigador del Ciale Enrique Monte ha declarado a DiCYT que, en su opinión, "los empresarios que quieren invertir en energía se tienen que dar cuenta de que la bioenergía tiene una respuesta importante que dar y sobre todo la producción del biohidrógeno, que es el gran desconocido". En la actualidad ya se produce energía gracias al biodiésel, bioetanol o la biomasa vegetal, pero el hidrógeno es el elemento químico más abundante. Además, "es el compuesto más reducido, dos átomos de hidrógeno se pueden oxidar con agua y, por lo tanto, de forma teórica es la manera más simple y sencilla de producir energía", indica.
"La mejor forma de producir hidrógeno es en ausencia de oxígeno, a través de organismos fotosintéticos en lo que se llama la fermentación oscura, sin luz, también por bacterias", señala Monte, un proceso en el que intervienen dos tipos de enzimas, que se llaman hidrogenasas y nitrogenasas. También hay producción de hidrógeno por electrolisis, es decir, la descomposición por corriente eléctrica, en este caso del agua, que se rompe para obtener oxígeno por un lado e hidrógeno por otro. Sin embargo, el término biohidrógeno hace referencia a la producción de hidrógeno por microorganismos, sin utilizar energía para romper la molécula de agua, lo que supondría un avance muy importante, puesto que se evitaría tener que usar energía externa. "La fuente pueden ser residuos vegetales o residuos sólidos urbanos, en los que se desarrollarían los microorganismos, que producirían hidrógeno con la energía del sol. Sería una forma más viable de producción de hidrógeno, el problema es almacenarlo, porque se oxida rápidamente", apunta Monte.
Una vez superado el gran obstáculo del almacenaje, otro gran problema sería unificar un método de producción del hidrógeno para que, por ejemplo, "todos los fabricantes de coches utilicen el mismo sistema y evitar lo que pasaba antes con los vídeos, que uno era beta y otro VHS y no eran compatibles", señala el experto. "Cuando los sistemas de producción de energía sean compatibles y se puedan almacenar a precios más baratos el futuro es el hidrógeno", resume Monte.
Microalgas
En la misma línea se ha pronunciado Peter Lindblad, apuntando también a la necesidad de superar otros problemas derivados del uso de organismos vegetales. "Para producir biohidrógeno estamos utilizando sistemas que no compitan con la alimentación mundial ni intervengan en el precio de los alimentos, como ocurre con los cultivos destinados a producir biomasa, sino que usamos microalgas que hacen fotosíntesis a partir del sol y generan hidrógeno", ha explicado el especialista en declaraciones a DiCYT.
En este sentido, "la Unión Europea ha puesto como horizonte el año 2015 para transformar todas las energías procedentes del carbón que generan contaminantes como el monóxido de carbono y el anhídrido carbónico y utilizar este tipo de tecnologías renovables", comenta. "Estamos trabajando en la producción de hidrógeno a pesar de los problemas que tenemos de almacenamiento posterior, pero hay que investigar ahora para disponer de esa energía en el futuro".
Planta de Olmedo
En la misma mesa participó Esteban Sanz, director del Servicio Agronómico de ACOR, habló también de bioenergía, aunque desde otro punto de vista. "Trabajamos en investigaciones relacionadas con la remolacha, es decir, todos los ensayos de variedades, abonados, fitosanitarios, y ahora también, en ensayos sobre oleaginosas para biodiésel, es decir, colza, girasol o arbolado, por ejemplo. Este sector está en pleno desarrollo, nosotros vamos a empezar a producir biodiésel en Olmedo (Valladolid), unas 100.000 toneladas, con la posibilidad de ampliarlas a 200.000".
Las jornadas organizadas por la Fundación NIDO y el Ciale en el Parque Científico de la Universidad de Salamanca se completaron hoy con otra mesa sobre agricultura y talleres de trabajo paralelos que tienen como objetivo fundamental poner en contacto a los investigadores con los empresarios del sector agroalimentario, que ha contado tanto ayer como hoy con unos 50 representantes.