Los pollos de las aves emiten señales para obtener alimento de los padres cuando estos acuden al nido y, en algunas especies, también cuando estos no están. Según un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, las hembras de estornino visitan más a las crías ante un aumento de estos sonidos producidos en su ausencia, mientras que los machos no alteran su número de visitas por estas llamadas de las crías.
En las aves, el conjunto de señales de los pollos para obtener alimento de los padres cuando estos acuden al nido es conocido como begging (pedir).
A través de estas señales, que pueden ser de muy distintos tipos –acústicas, posturales, de coloración– los adultos obtienen información sobre el estado y las necesidades de su descendencia. Con esos datos ajustan el reparto de alimento y el cuidado invertido en su prole.
Además de este tipo de señalización, los pollos de algunas especies de aves como los estorninos, las lechuzas o algunos pájaros carpinteros emiten otras llamadas cuando los padres no están en el nido. Estas son, además de poco conocidas, menos intensas, más pausadas y emitidas con una frecuencia menor, muy constante.
Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales han estudiado estas últimas para ver su función y publican un artículo en la revista Ethology.
“Nuestro estudio demuestra que las hembras visitaron más sus nidos –en torno a un 40% más de visitas por hora– cuando en estos se incrementaron las llamadas en ausencia, mientras que en los machos no se encontró ninguna diferencia”, declara a Sinc Blanca Jimeno Revilla del grupo de Ecología del Comportamiento y Endocrinología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y autora principal del trabajo.
Estas respuestas distintas entre padres y madres podrían explicarse teniendo en cuenta que las hembras de estornino tienen una inversión en el cuidado y alimento de los pollos mayor que los machos, lo que podría llevar a una capacidad de respuesta mayor ante las necesidades de la prole.
Playback con estorninos
Los científicos diseñaron un experimento de playback en una colonia de estornino negro (Sturnus unicolor) que anida en cajas nido en condiciones naturales en la sierra de Madrid, y en la que tienen establecido un seguimiento a largo plazo.
“Para llegar a estas conclusiones comparamos las visitas con alimento realizadas por el macho y la hembra en nidos con condiciones control (ruido de fondo), con las realizadas en nidos en los que se reprodujeron pistas de llamadas en ausencia de los padres”, apunta la investigadora.
Sin embargo, para los expertos, el resultado más importante es la prueba de que estas llamadas son percibidas de alguna forma por las hembras como una señal de hambre y como un incentivo de inversión para con su descendencia.
¿Por qué llamar si no hay nadie que te escuche?
En condiciones naturales, las hembras podrían escuchar estas señales mientras buscan alimento en los alrededores del nido, o bien cuando se aproximan a él para entregarlo a los pollos.
De estos resultados surgen además nuevos interrogantes para futuras líneas de estudio, como los relacionados con las distintas estrategias de cuidado parental seguidas por machos y hembras, o con cómo el papel de comunicación con los padres de estas llamadas convive o engrana con el observado en estudios previos para las interacciones entre pollos.
“Nuestro estudio aporta una nueva perspectiva en la investigación de estas señales y sugiere que incluso los comportamientos que pueden parecernos más simples podrían conllevar funciones e interacciones muy complejas”, concluye.
Este es un buen ejemplo de cómo el comportamiento animal muchas veces desafía la lógica, y que solo realizando estudios con una perspectiva amplia se puede comprender, poco a poco, el complejo engranaje de los ecosistemas y su evolución.
Referencia bibliográfica:
Blanca Jimeno, Jaime Muriel, Lorenzo Pérez Rodríguez y Diego Gil. “Sexual Differences in Parental Investment in Response to Parent-Absent Calls”. Ethology 119 (2013). doi: 10.1111/eth.12201
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