Las catástrofes hidroclimáticas y meteorológicas han aumentado un 14% en los últimos 10 años, según el informe del Centro de Investigación para la Epidemiología de los Desastres. Además, se calcula que cerca de 90 millones de personas están afectadas por desastres climáticos y conflictos armados. En este contexto, se ha celebrado en Santander un encuentro con especialistas en crisis y emergencias para debatir sobre la cobertura y gestión de este tipo de conflictos en el mundo.
Cerca de 90 millones de personas están afectadas actualmente por emergencias humanitarias derivadas de desastres naturales y conflictos armados, según el Centro de Investigación para la Epidemiología de los Desastres (CRED). Entre los factores que influyen en este incremento destacan el cambio climático, la apertura de los ecosistemas cerrados al turismo o el deterioro medioambiental.
Numerosos profesionales de la situación de crisis, emergencias y desastres se han reunido durante dos días en Santander para reflexionar sobre la información y cobertura de estos conflictos en el IV Curso de Periodismo en situaciones de crisis, emergencias y desastres.
El antropólogo Alfonso Antona destacó la situación desigual de hombres y mujeres ante los desastres: “Las mujeres están 14 veces más expuestas a morir en una catástrofe natural y si sobreviven, el 20% va a sufrir algún tipo de violencia sexual”, destacó.
Los desastres y las catástrofes están aumentando, y toman especial relevancia los vinculados con el cambio climático y las emergencias complejas con desplazamientos de poblaciones y asentamiento precario. En comparación con el período comprendido entre 1995 y 2004, los desastres hidroclimáticos y meteorológicos han aumentado un 14% entre 2005 y 2014.
Natasha Howard, directora del Lodon School of Hygiene & Tropical Medicine explicó las numerosas causas directas e indirectas de los conflictos y los problemas relacionados con enfermedades como la malaria o el dengue en los países en conflicto.
Por su parte, María Carmen Limiñana Asensi, médico de urgencias y experta en emergencias subrayó la dificultad de los rescates en estas situaciones y la inexistencia de un “seguimiento real de personas que se recatan en los desastres”.
“Nos enfrentamos a un reto de coordinación e inversión en las políticas de salud nacionales y regionales, así como la mejora de los sistemas nacionales de vigilancia epidemiológica, prevención y respuesta sanitaria y medioambiental”, enfatizó Pedro Arcos, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre de la Universidad de Oviedo.
“Hay un enorme desequilibrio a la hora de potenciar instrumentos para paliar los efectos negativos de los fenómenos naturales”, añadió Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, que se mostró muy crítico con cómo las relaciones internacionales están enfocadas a gestionar problemas y no a resolverlos y sobre el aumento de las desigualdades que incrementa la probabilidad de “estallidos de violencia”.
Este encuentro se realiza en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo dentro de la Cátedra Extraordinaria UIMP-MSD Salud, Crecimiento y Sostenibilidad e Indagando Televisión.