Un grupo de investigación del Departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid ha demostrado que la ausencia de ciertos ácidos grasos en el organismo influye de manera significativa en el dolor neuropático (dolor que aparece por la lesión, enfermedad o sección completa del sistema nervioso periférico o central ).
El dolor neuropático es un tipo de dolor crónico que afecta en algún momento de su vida a un gran número de personas, con frecuencia difícil de tratar, y que altera de forma significativa la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. No es de extrañar que sea el objeto de estudio de múltiples investigaciones. Hoy se sabe que los mecanismos que dan lugar a este dolor son muy diversos, incluyéndose entre ellos lesiones mecánicas, químicas, metabólicas, eentre otras, de los nervios y reacciones de tipo inflamatorio o inmunológico que despliegan los propios nervios afectados y otros tejidos.
En años recientes se propuso además que ciertos componentes de la dieta, en especial algunos tipos de grasas, pueden influir también sobre el desarrollo del dolor neuropático. A fin de estudiar esta patología se han ido desarrollando procedimientos experimentales en animales que, induciendo solo trastornos moderados y reversibles que se asemejaran a las más severas patologías humanas, permitieran investigar los mecanismos del dolor y desarrollar nuevos y más eficaces modos de prevenirlo y tratarlo.
En el estudio que acaba de publicar en Molecular Pain, una de las más prestigiosas revistas especializadas en la investigación del dolor, el grupo de investigación dirigido por Carlos Avendaño de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, demuestra una significativa influencia sobre el dolor neuropático de los ácidos grasos poli-insaturados de la familia omega-3 y omega-6 de origen vegetal que se encuentran en la dieta.
Se ha observado que la supresión prolongada durante unas semanas de estos lípidos de la dieta adelanta e incrementa la aparición de dolor facial en ratas cuando se les aplica una constricción leve de una rama del nervio trigémino. La ausencia de esos lípidos aumenta además la llamada inflamación neurogénica, es decir, aquella que se produce en los tejidos normalmente al aplicar un agente irritante. El nervio trigémino se encarga de recoger la sensibilidad de la cara y, por causas y mecanismos aún no bien esclarecidos, es también responsable de la aparición de la neuralgia trigeminal, enfermedad moderadamente frecuente y de muy graves repercusiones para la salud y la calidad de vida de quien la padece.
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Referencia bibliográfica:
Yasmina B. Martin y Carlos Avendaño "Effects of removal of dietary polyunsaturated fatty acids on plasma extravasation and mechanical allodynia in a trigeminal neuropathic pain model" Molecular Pain 5(1):8 25 febrero de 2009
Estudio financiado por la Fundación Alfonso Martín Escudero.
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