Un estudio realizado por la Universidad de Michigan revela que el ‘atractivo’ de las feromonas femeninas, en moscas de la fruta, está vinculado a la señalización de la insulina. Según los investigadores, la energía que invierte la protagonista de #Cienciaalobestia en sus huevos es proporcional a la atracción que generan sus feromonas en los machos. Este hallazgo podría ampliar el conocimiento sobre comunicación sexual entre animales, incluido el ser humano, señalan los expertos.
La vida de una mosca de la fruta, Drosophila melanogaster, a simple vista parece relativamente sencilla: nacer, crecer, comer fruta, elegir pareja, poner cientos de huevos y morir –todo ello en un mes–.
Sin embargo, encontrar un compañero para reproducirse es una tarea más compleja de lo que parece. Y en esta búsqueda, las feromonas –sustancias segregadas por el cuerpo con el fin de provocar comportamientos específicos en otros individuos– juegan un papel determinante.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan (UM), EE UU, ha descubierto que el ‘atractivo’ de las feromonas femeninas, en moscas de la fruta, deriva de procesos metabólicos relacionados con insulina –hormona que regula la cantidad de glucosa en sangre–.
Según los resultados del estudio, publicados en la revista PLoS Genetics, cuanta más energía invierte la hembra de este insecto en sus huevos, más ‘atractivas’ son las feromonas de su cuerpo y sus posibilidades de aparearse aumentan.
Elegir pretendienta mediante el olfato
En estudios previos, los investigadores demostraron que los machos pueden distinguir a las hembras que tienen más huevos a través de sus feromonas, y que esta capacidad es determinante a la hora de reproducirse.
Así, según Tatiana Fedina, investigadora del estudio: “Este hallazgo se suma a las crecientes evidencias de que la selección natural ha favorecido aquellos sistemas de percepción capaces de evaluar el atractivo individual”,
Los autores del estudio explican que, como las señales de insulina son iguales en la mayoría de animales –incluidos los humanos–, estos descubrimientos permitirán ampliar los conocimientos sobre comunicación sexual y reproducción en muchos organismos.
Referencia bibliográfica:
Tatiana Fedina, Scott. D. Pletcher, et al. “Tissue-specific insulin signaling mediates female sexual attractiveness”. PLoS Genetics. (2017)