Una investigación española analiza el estatus nutricional y las características menstruales en una muestra de niñas nativas e inmigrantes procedentes de Latinoamérica. Los datos revelan que las chicas inmigrantes presentan un mayor acumulo de grasa cuando alcanzan la madurez reproductiva, lo que puede relacionarse con el padecimiento de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
El incremento de la migración ha modificado el perfil demográfico de España en los últimos años, lo que ha permitido a los investigadores estudiar la transición microadaptativa de las personas inmigrantes. En este sentido, la población más vulnerable son los adolescentes, ya que es en esta etapa donde se centran los principales procesos de crecimiento y maduración.
El comienzo de los ciclos menstruales (menarquia) es uno de los pilares sobre los que se asienta el desarrollo reproductivo, al ser altamente sensible al contexto ambiental y al estado saludable de la población. Así, el estudio revela que las niñas inmigrantes experimentan un mayor cambio somático y morfológico que las niñas nativas al pasar de un status pre-menárquico a post-menárquico.
“Las chicas inmigrantes presentan un índice de masa corporal y un porcentaje de grasa mayor que las españolas cuando alcanzan la madurez reproductiva, así como un mayor acumulo de grasa a nivel troncal, que se relaciona con el padecimiento de enfermedades cardiovasculares y metabólicas”, explica a SINC Raquel Fernández, autora principal del estudio.
La investigación analizó en cuatro colegios de la Comunidad de Madrid a 284 niñas de entre 9 y 16 años, que fueron evaluadas durante dos años. La media de edad para el comienzo de los ciclos menstruales fue de 12.46 años para las participantes nativas y de 12.57 años para las inmigrantes, que procedían en su totalidad de Latinoamérica.
Necesidad de campañas de salud focalizadas
Tras analizar la relación entre las variables, los investigadores diferenciaron dos subgrupos: niñas españolas con un estado de normopeso y ciclos menstruales regulares, y niñas inmigrantes con sobrepeso y ciclos irregulares. Según Raquel Fernández, “estos resultados sugieren la necesidad de crear campañas de salud focalizadas en la población inmigrante adolescente para adoptar estilos de vida saludables”.
La finalidad del estudio, fruto del trabajo realizado durante los últimos cuatro años por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, es lograr que los niños y jóvenes adopten estilos de vida saludables y proveer a las familias de orientación para seguir estilos preventivos frente a la aparición de determinadas enfermedades a lo largo de la vida.
“A pesar de que existen campañas que destacan la importancia que tiene el seguimiento de una alimentación equilibrada y de hábitos de vida saludables, estudios como éste muestran que aún estamos muy lejos de lograr que los niños y jóvenes sigan estas recomendaciones”, apunta Fernández a SINC.
La peculiaridad de este estudio es la realización, por parte de los autores, de un informe personalizado que se entregó a cada una de las niñas. Asimismo, los padres y las madres recibieron un resumen con las medidas de sus hijos, los valores idóneos para su edad y sexo, y unas recomendaciones personalizadas para mejorar su calidad de vida.
“El exceso de peso sigue presentando una elevada prevalencia en estas edades, y tanto la alimentación como el ejercicio físico distan de los recomendados, siendo especialmente reseñable en el caso de la población inmigrante”, destaca la investigadora.
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Referencia bibliográfica:
Raquel Fernández del Olmo, Javier Anuncibay, Consuelo Prado. “Maturational profiles and migration in the female adolescent population of Madrid: Is there a need for a new perspective?” Collegium Antropologicum; 32(1):15-19 MAY 2008.