WWF y la Confederación Española de Pesca Recreativa Responsable han presentado hoy los resultados de la campaña 2008-2009 de marcaje de atún rojo (Thunnus Thynnus) en el Mediterráneo. El estudio recoge nuevos datos sobre las migraciones de la especie: después de reproducirse en Baleares, el atún no viaja directamente al Atlántico sino que usa las aguas del archipiélago hasta que finaliza el verano.
Ante el desconocimiento de la biología, el comportamiento y las pautas migratorias del atún rojo, en 2008 la organización WWF puso en marcha una campaña de marcaje llamada Tras la pista del atún rojo en el Mediterráneo para emprender acciones de conservación. La tecnología vía satélite ha permitido conocer la posición en el Mediterráneo, la temperatura del agua y la profundidad a la que se desplaza el atún rojo, que puede alcanzar los 80 km/h.
Hasta ahora, WWF ha marcado 38 ejemplares de entre 12 y 200 kilogramos de peso con dos tipos de marcas diferentes (pop up y registro interno). Entre los principales descubrimientos destaca los relacionados con las pautas migratorias del atún rojo. “Los últimos datos obtenidos aportan luz a aspectos desconocidos de esta especie, aunque son muchas las incógnitas que aún quedan por aclarar”, señala Sergi Tudela, responsable de Pesquerías del Programa Mediterráneo de WWF.
Los adultos grandes, contrariamente a lo que se esperaba, no se desplazan directamente a aguas del Atlántico tras reproducirse en las islas Baleares, sino que permanecen al norte del archipiélago hasta finales del verano. Por ello, la organización ecologista, junto a otras ONG e instituciones, impulsa la creación de un santuario para la especie al sur de Baleares.
Una conexión de aguas desconocida hasta ahora
El estudio de WWF revela también que existe una conexión desconocida hasta ahora entre la población reproductora de aguas libias y la población que se alimenta en el Mar Adriático, así como un nexo entre los ejemplares que aparecen en el Golfo de León y se reproducen en el Mar Tirreno.
Durante los meses de agosto y septiembre de 2010, WWF seguirá marcando atunes. En próximas fases los expertos seguirán ejemplares en el Mediterráneo central y oriental para comprobar si las pautas de comportamiento de estas poblaciones son distintas a las del Mediterráneo occidental.
“WWF seguirá trabajando junto a instituciones científicas y el sector para conocer mejor la biología de la especie. Sin embargo, los gobiernos no deben dilatar más la adopción de un auténtico plan de recuperación, que pasa por el cierre de la pesca industrial de cerco; esto debe ocurrir el próximo mes de noviembre en la reunión en París de ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico)”, sostiene Tudela.
Cuando WWF complete sus estudios de migración, junto a los datos aportados por otros organismos científicos implicados, propondrá nuevas medidas de conservación para la especie en el Mediterráneo
El atún rojo del Atlántico Oriental y Mediterráneo mantiene una de las pesquerías más importantes del mundo, pero su situación es crítica tras décadas de sobreexplotación y pesca ilegal. En 2009, la comunidad científica estimó que la población había caído más de un 85% desde el comienzo de la pesca industrial.