Investigadores de la Universidad de Alberta, de la Universidad de Minnesota y del Instituto Freshwater afirman que el control del nitrógeno, en el que la Unión Europea y otras jurisdicciones están invirtiendo millones de dólares, no es eficaz y podría agravar el problema de la eutrofización cultural, sobre todo en los lagos. Cuando finalice el experimento que están realizando los científicos en un lago canadiense desde hace 37 años confirmarán que podría incluso afectar la salud del ser humano.
El aumento de la incorporación de nutrientes (eutrofización cultural) a una masa de agua debido a la actividad humana frecuentemente provoca plagas de algas, muerte de peces y otros problemas en lagos de todo el mundo. Ésta ha sido la consecuencia del aumento de los depósitos de nutrientes en lagos, principalmente procedentes de aguas residuales y de residuos agrícolas.
Durante 37 años los investigadores han trabajado en el Lago 227, un pequeño lago en el Escudo Canadiense en el Área de Lagos Experimentales (ELA) en Ontario (Canadá) y han examinado las mejores formas de controlar el proceso de eutrofización cultural de los lagos variando los niveles de fósforo y nitrógeno añadidos al lago.
“Lo que hemos descubierto va en contra de las prácticas de la Unión Europea y de muchos científicos de todo el mundo”, ha señalado David Schindler, catedrático de Ecología en la Universidad de Alberta y uno de los principales investigadores del agua en el mundo. “El control del nitrógeno no corrige la contaminación de los lagos contaminados, y de hecho, podría incluso agravar y empeorar el problema”.
Un estudio previo, titulado, “A Survey of the State of the World's Lakes” (un estudio sobre el estado de los lagos del mundo demostró que la eutrofización cultural de los lagos tiene un efecto global. En ese momento el porcentaje de lagos del continente con eutrofización cultural era en Asia de 54%, en Europa de 53%, en Norteamérica de 48%, en América del Sur de 41% y en África de 28%.
“El daño en estos lagos es un problema importante en prácticamente todos los continentes”, ha destacado Schindler. Además, el impacto sobre la sociedad humana podría ser importante ya que “la eutrofización cultural reduce gravemente la calidad del agua, lo cual no sólo mata y contamina a los peces, crustáceos y otros animales, sino que también se puede convertir en un problema de salud en los seres humanos una vez que comience a interferir con el tratamiento del agua para consumo”, ha añadido.
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