Un estudio internacional, que se publica hoy en la revista Science, presenta un nuevo programa que beneficiará a los alumnos que sufren discalculia, un trastorno neurológico que dificulta el aprendizaje de las matemáticas y que padece cerca del 6% de la población mundial.
“La nueva herramienta de software imita a los profesores expertos en la educación de alumnos con discalculia y proporciona prácticas no supervisadas a los estudiantes con series de operaciones aritméticas”, explica a SINC Brain Butterworth, uno de los autores del estudio e investigador del Centro de Neurociencias de la Educación de la Escuela Universitaria de Londres (Reino Unido).
La discalculia es el equivalente matemático de la dislexia: un trastorno que dificulta la comprensión y la realización de cálculos por parte de las personas que la padecen. El nuevo programa, que se da a conocer en la revista Science, mejoraría la educación de los estudiantes que sufren este desorden.
“El alumno necesita dominar primero los conceptos básicos de los números antes de pasar a los símbolos, pero –lamenta Butterworth– esto no sucede así en las escuelas”, donde la educación especial está disponible desde hace poco tiempo. “No sabemos cómo el uso de este programa cambiará la vida de los afectados, aunque sin él muchos tendrían dificultades para conseguir un trabajo, con todas las consecuencias que comporta el desempleo”, añade.
Reconocimiento social
La discalculia es, como la dislexia, una alteración heredada en la mayoría de los casos. Investigaciones en gemelos y poblaciones especiales sugieren que el factor genético influye en el desarrollo de esta discapacidad aritmética, aunque en la actualidad se desconocen los genes implicados.
“La discalculia, que afecta a cerca del 6% de la población mundial, puede ocurrir en personas inteligentes, alfabetas y con buena salud”, explica el experto. “Se relaciona con ciertas anomalías cerebrales y, por ello, factores que podrían afectar el crecimiento del cerebro pueden influir en su desarrollo en algunos casos”, añade. Sin embargo, según el científico, “solo se logrará mejorar la situación de los afectados cuando su alteración sea reconocida públicamente”.
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Referencia bibliográfica:
Brian Butterworth; Sashank Varma; Diana Laurillard; “Dyscalculia: From Brain to Education”. Science, vol. 332, 27 de mayo de 2011. DOI: 10.1126/science.1201536