Reducir el número de inyecciones que necesitan los pacientes afectados por diabetes tipo II para controlar la glucosa es una de las metas del grupo de Espectrometría Analítica y de Masas de la Universidad de Oviedo. Para alcanzar tal fin, el trabajo de estos investigadores se centra en el estudio de algunos compuestos de vanadio que tienen efectos insulo-miméticos, es decir, que potencian la insulina.
Como explica María Montes, investigadora del Grupo, “el vanadio, además de potenciar el uso eficaz de la insulina, puede suministrarse en forma de pastillas”. Pero los compuestos de vanadio que potencian la insulina no la sustituyen. Por eso, el tratamiento no será eficaz en los casos de diabetes tipo I, en los que el organismo no genera la insulina necesaria para metabolizar el azúcar. La diferencia respecto a la diabetes tipo II es que los afectados producen insulina, pero no pueden utilizarla.
En la actualidad, el Grupo de Espectrometría Analítica y de Masas estudia la estructura química de los compuestos de vanadio, y cómo el organismo transporta este elemento por el torrente sanguíneo. El objetivo de esta investigación es conseguir que el vanadio active la insulina y así ésta ‘queme’ la glucosa, que resumido por María Montes sería “lo mismo que haría la insulina en condiciones normales: unirse a la célula y decirle: coge la glucosa y metabolízala”.
Para estudiar cómo el organismo transporta, metaboliza y finalmente expulsa el vanadio, este grupo de investigación, en colaboración con la Universidad de Granada, está induciendo la diabetes tipo II en ratas y tratándolas con distintos compuestos de vanadio como insulo-miméticos. Algunos de ellos, como el maltolato de vanadio ya se están probando en humanos.