La Organización Mundial de la Salud anunció ayer a través de sus redes sociales que, después de más de un año de lucha contra una epidemia de ébola, actualmente no hay ningún caso en el país africano.
Ayer fue un día emotivo en Beni, una ciudad del noreste de la República Democrática del Congo (RDC). Masiko, la última paciente diagnosticada de ébola en el país, fue dada de alta.
Tras más de un año de lucha contra la segunda epidemia más grande del mundo de la que se tenga constancia, la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África ha anunciado su fin.
“Permaneceremos en modo de respuesta durante el resto del período de observación”, ha escrito en su cuenta oficial de Twitter. El brote no puede descartarse completamente ante la imposibilidad de monitorear casos al este del país, donde los conflictos violentos no lo permiten.
La enfermedad por el virus del Ebola, antes llamada fiebre hemorrágica del Ebola, es una enfermedad grave, con una tasa de letalidad de aproximadamente 50 % (en brotes anteriores, las tasas fueron del 25 al 90 %).
El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en la población por la transmisión de persona a persona por contacto directo con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de personas infectadas o por contacto indirecto con materiales contaminados. Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosas hasta que aparecen los síntomas, que se caracterizan por fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y de garganta, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
Este brote, que se ha logrado contener y no ha salido de las fronteras de la RDC, ha supuesto unas 3.400 infecciones confirmadas y más de 2.260 muertes desde que se declaró el pasado agosto de 2018, según el Ministerio de Salud del país africano.
A partir de ahora, los trabajadores sanitarios de la zona han empezado a trabajar para evitar la potencial llegada del coronavirus.
Mapa interactivo de la OMS sobre ébola. / OMS
Se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (hoy Sudán del Sur) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ebola, que da nombre al virus.
El brote de ébola de 2014-2016 en África Occidental fue el más extenso y complejo desde que se descubrió el virus.
Un buen control de los brotes depende de la aplicación de diferentes intervenciones: atención, prácticas de control y prevención de la infección, vigilancia y rastreo de los casos, entierros en condiciones de seguridad o movilización social.
Todavía no hay ningún tratamiento aprobado que neutralice el virus de forma clara, pero están en fase de desarrollo diversas formas de hemoterapia, inmunoterapia y farmacoterapia. Tampoco hay aún vacunas aprobadas para el ébola, pero se están evaluando dos posibles candidatas.
El tratamiento de apoyo precoz con rehidratación y tratamiento sintomático mejora la supervivencia.