La Ley que protege el cielo de Canarias celebra su 20 aniversario

Al caer la noche la sensación generalizada suele ser que cuanta más luz, mejor. Más seguridad vial, más sensación de tranquilidad para el ciudadano y más bellos se ven los edificios importantes. Pero en esa carrera por iluminar cada vez más se pierde, entre otras cosas, la posibilidad de contemplar el paisaje el firmamento nocturno, declarado por la Unesco patrimonio de las generaciones futuras. Desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) lo saben bien, y con el fin de garantizar la actividad investigadora y, en especial, preservar la calidad astronómica de sus observatorios, mañana 31 de octubre se cumplen 20 años desde que el Parlamento Español aprobó la Ley sobre la Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del IAC.

La Ley que protege el cielo de Canarias celebra su 20 aniversario
Imagen del puerto de La Palma en la que se utiliza una iluminación correcta. Créditos: OTPC

Desde su entrada en vigor se han invertido cerca de tres millones de euros en acondicionar las instalaciones del alumbrado público, consiguiendo con ello frenar el avance sin tregua de la contaminación lumínica. Además, la Ley del Cielo en Canarias ha significado un revulsivo del que han ido naciendo otras ideas y proyectos similares en otras comunidades autónomas. Entre estas iniciativas cabe destacar la denominada ‘Starlight’, una declaración a nivel internacional en defensa de la calidad del cielo nocturno y el derecho de la humanidad a disfrutar de la contemplación del Universo. También, sea por razones astronómicas o de tipo medioambiental, en regiones como Cataluña, Baleares o Andalucía se han redactado proyectos para luchar contra este tipo de contaminación.

Desde su planteamiento inicial, la Ley del Cielo comprende cuatro aspectos fundamentales. El primero de ellos es la contaminación lumínica. Éste ha sido un aspecto primordial dentro de la Ley, que protege al Observatorio del Roque de los Muchachos. “Su ámbito de aplicación abarca la totalidad de La Palma, aunque también afecta a la parte de Tenerife que tiene visión directa desde aquella isla”, explica Federico de la Paz, de la Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo, organismo creado por el IAC. Fue a partir de 1992 cuando se comenzó a realizar la adaptación de las instalaciones de alumbrado, modificando, entre otras cosas, el tipo de bombillas o la proyección de la luz.

En segundo lugar, y con el fin de controlar la contaminación radioeléctrica, se ha llegado a un acuerdo con la Secretaría General de Telecomunicaciones, para la realización periódica de mediciones de radiofrecuencia en ambos observatorios. “En el Observatorio del Teide se ha conseguido reducir este tipo de contaminación”, añade de la Paz

Por otra parte, uno de los mayores logros por parte del IAC dentro del ámbito de protección de los observatorios se consiguió el 17 de mayo de 1998, cuando el espacio aéreo de los telescopios fue declarado “Zona de Protección Ecológica”. Esto significó que tanto el Observatorio del Teide, como el del Roque de los Muchachos quedaban libres del tráfico aéreo. Por último, en lo que se refiere a contaminación atmosférica, la Ley limita la instalación de industrias o actividades contaminantes por encima de los 1.500 metros.

Canarias disfruta de unos cielos excepcionales para la observación astrofísica debido a factores geográficos y climatológicos. Saber aprovechar esta virtud, y ser consciente de que para alumbrar no hace falta despilfarrar, es una actitud que resulta beneficiosa para la sociedad en su conjunto.

Fuente: IAC
Derechos: IAC
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