El programa Mind the gap de la Fundación Botín va a financiar con 1,5 millones de euros tres iniciativas empresariales en los ámbitos de cáncer de colon, diseño de fármacos y tejidos inteligentes. Los responsables de la fundación han destacado, durante un acto en Madrid, que el programa, además de financiación, ofrecerá coordinación y asesoramiento para que en un plazo de dos años los proyectos elegidos logren nuevos inversores con objeto de que los sus productos lleguen al mercado.
La Fundación Botín ha impulsado la puesta en marcha de tres nuevos proyectos empresariales tecnológicos a través de su Programa Mind the gap. Se trata de un test innovador para identificar pacientes con riesgo de desarrollar metástasis en el cáncer colorrectal, una plataforma informática de simulación para el diseño de fármacos sin necesidad de hacer ensayos reales, y un nuevo material para inmovilizar a víctimas de accidentes, también con otros usos en el ámbito de la salud.
Según ha señalado el director de la Fundación Botín, Íñigo Sáenz de Miera, durante la presentación que ha tenido hoy lugar en la sede de la fundación, en Madrid, el objetivo de este programa es cubrir el hueco existente entre la ciencia y el mundo empresarial para lograr que importantes investigaciones con potencial comercial lleguen al mercado en forma de servicios o productos que mejoren la salud y el bienestar de la sociedad.
“La Fundación Botín no se limita a aportar capital para constituir estas empresas sino que también realiza labores de gestión, coordinación y asesoramiento con el fin de que en un plazo de dos años puedan captar inversores que den continuidad al proyecto hasta llevarlos al mercado”, ha indicado Sáenz de Miera.
Los tres nuevos proyectos empresariales han sido seleccionados “por su alta capacidad innovadora y viabilidad” por un prestigioso comité de expertos de industrias relacionadas con la biotecnología y biomedicina.
Un test para detectar metástasis en cáncer de colon
El primero de los proyectos seleccionados por la Fundación Botín ha sido Colostage, un test innovador con el que se pueden identificar propiedades del tumor que confieren la capacidad de desarrollar metástasis en el cáncer colorrectal, el segundo tumor más letal a nivel mundial.
De este modo, señala la fundación, “se asegura qué pacientes son los que tienen que recibir quimioterapia y, por tanto, se eleva su esperanza de vida. A la vez, se evitan tratamientos innecesarios a otros pacientes y se optimiza el uso de los recursos terapéuticos”.
Se espera, además, que Colostage sea una herramienta útil para las compañías farmacéuticas en la selección de pacientes que potencialmente puedan beneficiarse de nuevos tratamientos. Este proyecto ha sido desarrollado por los investigadores Eduard Batlle y Elena Sancho, del Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona).
Simulador para el diseño de fármacos
El programa Mind the gap también va a financiar un simulador que ayuda a diseñar fármacos sin la necesidad de hacer ensayos reales.
Según la fundación, esta aplicación bioinformática, denominada Nostrum Drug Discovery, podría permitir un ahorro de costes y tiempo equivalente a unos 40 millones de euros por cada nuevo fármaco, lo cual supondría hasta un 10% del coste total de desarrollo.
Modesto Orozco, también científico del IRB Barcelona, ha sido quien ha desarrollado este proyecto en colaboración con Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS).
Tejido inteligente para inmovilización de heridos
El tercero de los proyectos elegidos es un material inteligente tipo textil, completamente flexible y ajustable, que pasa de forma instantánea a un estado rígido al aplicarle el vacío.
Estas propiedades permiten la inmovilización inmediata de cuello, espalda, tórax, etc. en víctimas de accidentes de tráfico o laborales, además de en fracturas complejas (en dedos) en las que no se puede emplear la típica escayola.
El ámbito de aplicaciones se extiende al deporte, el ocio y la automoción, entre otros. El proyecto empresarial ha sido desarrollado por el equipo de Thierry Keller, de Tecnalia, en colaboración con la empresa Janus Developments.
Según ha explicado Luis Ruiz, director general de Janus Developments, en el desarrollo de la tecnología ha sido clave el papel de FIK, una iniciativa empresarial con más de 25 socios inversores, que han aportado cerca de dos millones de euros desde el año 2009 confiando en el liderazgo científico-tecnológico del Centro de Investigación Tecnalia.
La ayuda del programa Mind the Gap, junto con las inversiones de Janus, FIK y Tecnalia, permitirán crear una compañía de base tecnológica durante 2013 y comercializar los primeros productos en el ámbito de la salud durante 2014.
Janus ejerce la dirección estratégica, coordinación de operaciones y desarrollo de negocio, particularmente para el mercado anglosajón, mientras que Tecnalia cubrirá los aspectos pendientes de investigación, desarrollo y fabricación industrial.
Desde 2003, la Fundación Botín ha invertido más de 36 millones de euros en el área de ciencia, desde la que da apoyo a 23 científicos y a sus equipos de 450 investigadores en las áreas de la biomedicina, biotecnología y bioingeniería.
La fundación ha decido impulsar este tipo de proyectos empresariales tecnológicos “para evitar que mueran en los laboratorios y universidades investigaciones que pueden aportar grandes beneficios a la humanidad”.
En la actualidad, de cada 10.000 investigaciones, solo 250 logran un desarrollo preclínico. De ellas, apenas cinco consiguen alcanzar la fase I de desarrollo y nada más que una llegará a ser un fármaco, subraya la institución.
El Programa Mind the gap ya contaba con tres empresas de base tecnológica: Axontherapix, Life Length y Dreamgenics, que han creado más de 70 empleos directos e indirectos, con un volumen de negocio en torno al millón de euros. “Esto demuestra que la inversión en ciencia puede generar retorno”, ha señalado el director general de la fundación, Íñigo Sáenz de Miera.
Por su parte, la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, que ha participado en el acto, ha destacado la importancia de iniciativas como la llevada a cabo por la Fundación Botín, que puede actuar como un catalizador entre el mundo académico, la empresa y el mercado”.