Arnau Busquets García, en el área de Neurología, y André Ballesteros Tato, en Inmunología, son los ganadores de la VIII edición de los premios a jóvenes investigadores que entrega la Fundación Biogen Idec.
Los trabajos de Arnau Busquets García sobre el tratamiento del síndrome del cromosoma X frágil y André Ballesteros Tato acerca de la prevención de enfermedades autoinmunes son los galardonados en la octava entrega de los premios a jóvenes investigadores de la Fundación Biogen Idec.
Los dos estudios han sido publicados en prestigiosas revistas científicas de alto impacto como Nature Medicine e Immunity.
La investigación de Busquets-García, ganadora en la categoría de Neurología, demuestra cómo el sistema endocannabinoide del cerebro es una nueva diana terapéutica de gran interés en el tratamiento del síndrome X frágil, la causa hereditaria más frecuente de discapacidad intelectual.
“El sistema endocannabinoide se encuentra en aquellas zonas del cerebro donde actúa el cannabis”, señaló ayer en rueda de prensa Busquets García. “Este sistema se activa para equilibrar la actividad neuronal cuando está alterada”.
Los artículos en este campo han descrito que la inactivación de este sistema mejora los síntomas en modelos animales con síndrome X frágil, una patología que provoca déficits cognitivos, ansiedad, comportamiento autista y predisposición a la autolesión.
“La inhibición del sistema endocannabinoide es una herramienta muy interesante para mejorar el fenotipo de X frágil”, indica el investigador catalán.
El trabajo premiado fue desarrollado en el Laboratorio de Neurofarmacología de la Universidad Pompeu Frabra de Barcelona en colaboración con investigadores de la Universidad del País Vasco. Actualmente, Busquets trabaja en el Neurocentre Magendie de Burdeos.
“Aunque es bueno viajar para conocer otros laboratorios, el problema es que es muy difícil volver. Uno de los principales obstáculos del sistema español es su rigidez”, concluye el científico.
Premio en Inmunología
El segundo galardón ha sido entregado a André Ballesteros Tato por un trabajo que sostiene por primera vez cómo la administración de la interleucina-2 (IL2), un fármaco que actualmente se emplea en terapias contra tumores, inhibe la producción de anticuerpos.
“Los anticuerpos, muy útiles para luchar contra los patógenos, a veces son perjudiciales, como en el caso de las enfermedades autoinmunes o en el rechazo a los trasplantes”, explica Ballesteros.
Los responsables de generar estas moléculas son los linfocitos B. Así, el estudio premiado revela que IL2 inhibe la vía por la que se crean estas células del sistema inmune.
“Esto abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas para controlar y prevenir enfermedades de carácter autoinmune, como el lupus o la artritis reumatoide, donde los anticuerpos forman parte importante de la patología”, subraya el investigador.
El científico, que realizó la investigación en la Universidad de Rochester en Nueva York y ahora es profesor en la Universidad de Alabama (ambas en EE UU), coincide con Busquets: “El sistema norteamericano es mucho más laxo que en España. Aquí no está tan adaptado para la investigación científica”.