Green momit ha ganado la final española de la competición para emprendedores de IBM. Esta firma madrileña tiene ya en el mercado un termostato dotado de sensores, algoritmos y conexión wifi, que puede ser controlado desde cualquier dispositivo móvil y permite ahorrar hasta el 30% en la factura energética. La empresa planea suministrar servicios a grandes grupos energéticos con los datos que recogen sus dispositivos sobre hábitos de consumo de los usuarios y que quedan almacenados en la nube.
Green momit, una firma creada por tres socios en Madrid en 2012 con el objetivo de desarrollar dispositivos de internet de las cosas y servicios en la nube que ayuden a reducir el gasto energético en hogares y empresas, ha sido la ganadora de la final española de la competición de nuevos talentos SmartCamp de la multinacional IBM.
Esta empresa tendrá que competir el próximo 27 de noviembre en Londres con otros rivales que hayan resultado elegidos en la edición europea de este evento.
Según explica a Sinc Miguel Sánchez, consejero delegado y uno de los fundadores de Green momit, su empresa “diseña, fabrica y comercializa dispositivos inteligentes que se adaptan a los hábitos de consumo de la gente”. El primero de estos productos es un termostato dotado de sensores, algoritmos y conexión wifi, que puede ser controlado desde cualquier dispositivo móvil.
Sánchez indica que el termostato “lleva incorporados una serie de sensores que hacen posible automatizar el ahorro sin limitar el confort. Por ejemplo, tiene un sensor que le permite saber hay alguien en la casa o en la oficina y si detecta que no hay nadie puede bajar la temperatura o apagar la calefacción”.
También incluye un sensor de luminosidad con el que sabe si es de día o de noche o incluso aprende de si nos hemos ido a dormir. “No necesitamos la misma temperatura cuando estamos debajo del edredón o paseando en pantalón corto por el salón”.
Gracias a esos sensores y a los algoritmos matemáticos que lleva incorporados, el directivo dice que este termostato “permite lograr un ahorro de hasta el 30% de la factura energética sin que el usuario tenga que hacer prácticamente nada. La tecnología aprende y de forma automática se adapta a sus hábitos de consumo”, agrega.
El dispositivo ya está en el mercado. “Lo lanzamos en diciembre y en nueve meses hemos vendido más de 5.000 unidades en 10 países. En su desarrollo la firma ha invertido alrededor de 750.000 euros.
No solo ‘hardware’
Pero, según indica Eduardo Rodríguez Jusdado, otro de los fundadores, el objetivo que se han marcado es que su firma sea algo más que una compañía de hardware. “En Green momit no nos quedamos en el desarrollo del termostato o de los otros productos que estamos a punto de lanzar. Lo que queremos hacer es propiciar un entorno global en los hogares y las empresas para mejorar la eficiencia energética”, subraya.
“Contamos con una plataforma de computación en la nube sobre la cual se apoyan todos esos dispositivos inteligentes y, en paralelo, tenemos plataformas de big data y data mining que nos permiten tratar esa cantidad ingente de datos que recopilamos a través de nuestros dispositivos. Esa información puede resultar muy valiosa para que las firmas energéticas conozcan mejor los hábitos de consumo de sus clientes”, indica Rodríguez.
Acuerdo con una gran energética
Los grupos energéticos se han fijado en esta empresa que tiene ahora una plantilla de 27 personas, casi todas ingenieros. Green momit tiene ya un acuerdo con una de estas firmas, cuyo nombre no pueden aún desvelar, aunque los socios señalan que es una de las principales energéticas de España.
A finales de noviembre tienen previsto lanzar cuatro nuevos productos con este grupo que estarán orientados a mejorar la eficiencia energética.
Green momit ha conseguido también un contrato con la italiana Ferroli, uno de los mayores fabricantes de calderas del mundo. “Esta empresa está suministrando nuestro termostato junto con sus calderas con objeto de ofrecer un valor añadido a sus clientes, pero también para tener un mejor conocimiento del uso que hacen los usuarios de su producto”.
La start-up madrileña, que acaba de abrir una sede en Londres, tiene previsto facturar cerca de un millón de euros a finales de este año. Para el próximo ejercicio los socios creen que podrán multiplicar esta cifra por diez. Una estimación que no les parece exagerada, ya que tienen asignados cinco millones de euros en proyectos con clientes.