Investigadores españoles afirman que una alta expresión de una proteína, la midquina, puede utilizarse como biomarcador del glioblastoma al estar asociada a un peor pronóstico de esta enfermedad. Además, los resultados muestran en un modelo animal cómo su inhibición detiene el crecimiento de las células madre tumorales.
La alta expresión de la proteína midquina (MDK) está asociada a un peor pronóstico de pacientes con glioblastoma. Así concluye una investigación, liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Investigaciones Sanitarias San Carlos (IdISSC), que revela cómo su control abre las puertas a una nueva diana terapéutica para este tumor cerebral.
En el trabajo, publicado en Theranostics, los autores han estudiado durante ocho años el papel de la proteína MDK y de su receptor, la quinasa de linfoma anaplásico (ALK), en las células madre o iniciadoras de tumores del glioblastoma (GICs).
“Los niveles de midquina están elevados en las células GICs”, señala Guillermo Velasco, profesor de la UCM y jefe de grupo en el IdISSC. “Esta proteína podría ser un biomarcador de mal pronóstico en este tipo de tumores”, añade el coordinador del estudio.
Así, la MDK es uno de los factores que mantiene en el tumor la población de células madre a las que se les atribuye, según los expertos, las recaídas características de esta enfermedad. De ahí que apunten a la MDK como potencial diana terapéutica.
El glioblastoma es una de las formas más agresivas de cáncer por su alta resistencia a las terapias antitumorales. A pesar de tener una incidencia relativamente baja en la población –entre 1 y 4 casos por cada 100.000 habitantes–, su esperanza de vida después del diagnóstico es muy baja, en torno a unos 15 meses desde el diagnóstico inicial.
La midquina (MDK) y su receptor ALK regulan las células iniciadoras de glioblastoma (panel izquierdo). La inhibición de esas proteínas puede ser una estrategia terapéutica para tratar este tipo de tumores (panel derecho). / Israel López Valero
Para llevar a cabo el estudio, los científicos han utilizado numerosas técnicas como cultivos celulares, modelos animales de tumores cerebrales, técnicas de microscopía de bioquímica y biología celular, citometría de flujo o análisis bioinformáticos, entre otras.
“La inhibición de la señal que produce la MDK bloquea la replicación de las GICs”, anuncia Velasco. Los experimentos desarrollados en modelos animales de glioblastoma confirman que el bloqueo de la señal a través del eje MDK/ALK produce un potente efecto antitumoral por sí mismo y potencia la acción de la temozolomida, el fármaco que se utiliza habitualmente en el tratamiento de este tumor cerebral.
“Este trabajo ha contribuido a sentar las bases de un ensayo clínico desarrollado por el Grupo Español de Investigación en Neuroncología (GEINO) cuyos resultados serán publicados en los próximos meses”, adelanta el biólogo.
Referencia:
López-Valero I, Dávila D, González-Martínez J, Salvador-Tormo N, Lorente M, Saiz-Ladera C, Torres S, Gabicagogeascoa E, Hernández-Tiedra S, García-Taboada E, Mendiburu-Eliçabe M, Rodríguez-Fornés F, Sánchez-Domínguez R, Segovia JC, Sánchez-Gómez P, Matheu A, Sepúlveda JM, Velasco G. Midkine signaling maintains the self-renewal and tumorigenic capacity of glioma initiating cells. Theranostics 2020; 10(11):5120-5136. doi:10.7150/thno.41450.