Estados Unidos ya ha aprobado la vacunación de niños de entre 5 y 11 años contra la covid-19. En Europa, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se pronunciará las próximas semanas sobre el uso de la vacuna Comirnaty en esa población. Esto es lo que varios pediatras españoles opinan al respecto.
Para Ángel Hernández Merino, del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, lo más importante sobre una vacuna contra la covid-19 disponible para niños de entre 5 y 11 años es “estar preparados”, según declaraciones al Covid-19 Vaccine Media Hub: “Lo primero es tenerla, luego ya veremos si hay que usarla”. Eso implica tener “la máxima seguridad” de que la vacuna es segura, “porque se trataría de vacunar niños sanos” a quienes la covid-19 afectaría mayoritariamente de forma leve.
Lo primero es tenerla, luego ya veremos si hay que usarla
Francisco José Álvarez García, coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la AEP, advierte que esta asociación solo se pronunciará formalmente sobre este punto después de que lo haga la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que empezó a mediados de octubre a evaluar el uso de la vacuna de BioNTech/Pfizer, Comirnaty, en niños de entre 5 y 11 años. Se espera su decisión dentro de alrededor de un mes.
Si el dictamen fuera positivo, “los pediatras siempre estaremos a favor de proteger a una población vulnerable si hay una vacuna eficaz y segura”, afirma Álvarez García.
En Estados Unidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) aprobaron el pasado 2 de noviembre la vacuna de BioNTech/Pfizer para 5-11 años, en dos dosis —cada una con un tercio de la cantidad inoculada en adultos— espaciadas tres semanas.
“De manera similar a lo observado en los ensayos con adultos, la vacunación ha mostrado casi un 91 % de efectividad a la hora de prevenir la covid-19 en niños de entre 5-11 años”, han informado los CDC en una nota de prensa. En los ensayos clínicos, los efectos secundarios fueron leves, parecidos a los que se dan en adultos y con otras vacunas recomendadas para niños”.
En la inmensa mayoría de los niños la infección es leve o asintomática, pero “también hay casos graves”, recuerda Álvarez García. Esta sería, para el coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV), la principal razón para aprobar la vacunación en niños, en caso de un dictamen favorable de la EMA.
También, que hay aún incertidumbre sobre síndromes como la covid persistente. “¿Hemos vacunado a toda la población y vamos a dejar sin vacunar a los niños de cinco a once años?”, se pregunta.
Este experto asegura que las vacunas contra la covid-19 podrían administrarse junto con las demás vacunas infantiles.
Como indicaba a SINC Hernández Merino en esta tribuna, dentro de los beneficios indirectos podría incluirse el garantizar la enseñanza presencial. Aunque se ha demostrado que los contagios en la escuela no han sido hasta ahora importantes en la pandemia, y que los niños no son buenos transmisores de la covid-19, su vacunación contribuiría a mantener esto así en el futuro.
La posibilidad de que aparezcan efectos adversos tan infrecuentes que no emerjan en los ensayos clínicos sería el principal factor en contra que resalta Álvarez García. Es lo que ha ocurrido con las miocarditis en adolescentes, detectadas mediante el sistema de farmacovigilancia solo tras el inicio de la vacunación.
Sobre este punto la AEP recuerda en su web que “la miocarditis y pericarditis ocurren muy raramente tras la vacunación, pero bastante más frecuentemente si se padece la infección natural por contagio desde otra persona infectada”.
Uno de los factores que se tendrá en cuenta al decidir sobre la vacunación en niños será su papel para alcanzar la inmunidad de grupo. Hernández Merino y Federico Martinón, Jefe del servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago —y responsable de uno de los ensayos de la vacuna Comirnaty en niños en España—, resaltan la falta conocimiento en este punto, en parte porque aún no hay datos sólidos sobre cuánto dura la inmunidad que proporcionan las vacunas.
Además “la inmunidad de grupo no es un concepto estático”, indica Hernández Merino, que varía en función de qué proporción de la población esté inmunizada. Para Álvarez García, el papel de los niños puede ser importante dado que “son el 10 % de la población”, y que en la franja entre 20 y 40 años aún no se alcanza el 80 % con la pauta completa.
De lo que no hay duda es de que si los niños no son inmunes podrían convertirse en el reservorio del virus y fuente de infección con nuevas variantes. “Este es uno de los factores importantes a favor de la vacunación”, dice Álvarez García.
Federico Martinón llama la atención en un artículo en La Voz de Galicia sobre la importancia de otras vacunas pediátricas: “… hay otras vacunas que aún no están en el calendario nacional, que les proporcionan más beneficios netos, como la del rotavirus, el meningococo B o el virus papiloma humano en varones. Sin embargo, la vacunación covid-19 del niño también podría proteger una vida más normal y plena, sin necesidad de cuarentenas, y con movilidad transfronteriza libre”.
En Europa los mayores de 12 años ya pueden ser vacunados con Comirnaty (BioNTech/Pfizer) y con Spikevax (Moderna). La dosis es igual a la de los adultos. En España más del 82 % de la población entre 12 y 17 años tiene ya la pauta completa.
En EE UU solo está autorizada por ahora la vacuna Spikevax a partir de los 18 años. La aprobación en los de 12-17 años sigue en espera desde el pasado junio, después de que la FDA estadounidense pidiera más estudios de seguridad.
Moderna anunció en una nota de prensa el 25 de octubre de 2021 que una versión con la mitad de la dosis usada con adolescentes y adultos de su vacuna Spikevax aplicada en niños de 6-11 años de edad ha mostrado resultados sólidos en cuanto a inmunogenicidad y reactogenicidad.